Es uno de los sectores que había crecido y tenía proyectos de expansión, pero por la pandemia corrió la misma suerte “de los locales gastronómicos”. Ahora el rubro se presenta como una opción para emprender con menos dinero del que se necesitaba antes.
La irrupción de la pandemia de coronavirus se llevó puestos a los eventos masivos que se realizaban en Rosario. Como signo de la ansiada “luz al final del túnel”, este fin de semana vuelve la Noche de las Peatonales, que tendrá como uno de los protagonistas a un sector que busca renacer: los foodtrucks.
“Nos costó juntar cinco, cuando antes juntábamos 30”, lamentó Arturo Milano, presidente de la Cámara de Food Trucks de Rosario, al contabilizar los camiones que serán parte de la propuesta organizada por la Municipalidad.
En principio, los cinco referentes del mercado se ubicarán en distintas esquinas entre las calles Corrientes y peatonal San Martín. Avengers, Helados Río, Toscana, un ahumador y un camión de comida japonesa serán los representantes de un rubro deprimido.
“Los que participan ahora son todos nuevos –resaltó Milano- Se deprimió mucho el mercado después de todo lo que pasó. Muchos vendieron y dejaron de trabajar, y unos poquitos quedaron en el Parque de las Colectividades”.
El presidente de la cámara detalló que antes eran unos ocho o 10 los camiones que funcionaban asiduamente, mientras que ahora solo hay uno que funciona “firme” y tres más que trabajan de forma alternada.
BARAJAR Y COCINAR DE NUEVO
“Estamos reclutando nueva gente, con nuevas energías”, se entusiasmó Milano, que recordó cuando totalizaban 30 camiones con la llegada de foodtrucks que provenían de otras ciudades. Sin embargo, la realidad actual dista mucho de esos tiempos de brotes verdes.
En ese sentido, el titular de la cámara explicó: “El fuerte de los foodtrucks son los eventos. Allí está la facturación más importante. Al restringirse esa actividad, los que trabajaban en esos espacios se recluyeron en otros negocios. No había muchas posibilidades de pedir ayuda o subsidios. Los que estaban fijos podían trabajar, pero con los protocolos el trabajo no era rentable”.
Además, comparó: “Este mercado siguió mucho la suerte de los locales gastronómicos. La diferencia es que a la EPE no podés pedirle nada porque usás generador, Tasa General de Inmueble no pagás y muy pocos tenían empleados como para cobrar algo de Nación”.
En tanto, como en toda crisis, en esta surge una oportunidad para emprender. “Hay que empezar de cero. Esto es un punto de partida para que esto se empiece a publicitar otra vez, para que la gente se vuelva a enganchar. Hoy hay un mercado de compra y venta de foodtrucks que es enorme. El que quiere comprar uno lo consigue a menos de la mitad de lo que debería valer y puede salir a la calle enseguida. Antes no conseguías un camión a menos de 2 o 2,5 millones de pesos, hoy con 800 mil pesos podés comprar”, alentó Milano.
Con miras al futuro, la meta es recuperar el terreno perdido y resurgir con nuevas actividades. “La idea es armar un evento en el Complejo Centro Castilla, presentarle una propuesta a la Municipalidad con protocolos, capacidad limitada y lograr estar con cuatro o cinco foodtrucks ahí”, comentó, y concluyó: “Será una ayuda si el municipio nos convoca para estos eventos que empieza a hacer para relanzar determinados lugares de la ciudad”.
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Imágenes: Gentileza