Impulso

Carlos Vandera se define a sí mismo desde la curiosidad. Una característica que le imprime la necesidad de búsqueda y exploración constante, por lo que se autodescubre en diversas facetas. Además de ser músico y compositor, brilla musicalizando distintas producciones.

Una de ellas es el documental “Vilas (Serás lo que debas ser, o no serás nada)”, disponible en Netflix. Por este trabajo, compite en la categoría “Mejor álbum banda de sonido cine/televisión” de los Premios Gardel 2021, cuya entrega será el próximo viernes 23 de julio.

“Lo que pasa en el circuito de los premios es que la nominación llega cuando ya terminaste el trabajo y viviste un montón de sensaciones. Esa llegada da una alegría extra, vuelve a surgir el pensamiento de la gente con la que trabajaste y genera mucha emoción”, le contó a IMPULSO.

El artista compite en la categoría junto a Gustavo Santaolalla (por “The Last of Us Part II”) y Ernesto Snajer (por “Notas de Paso 4″). “Si llego a ganar, me gusta la idea de pensar que es un reconocimiento para todos y no sólo para mí. Para la productora que eligió hacer este documental, para Guillermo (Vilas) también, para Eduardo (Puppo) que es el periodista que hace toda la investigación, un trabajo de cerca de 12 años. Significa que la historia traspasó, porque la música está agarrada de esa historia“, agregó.

 

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DE PICHINCHA AL MUNDO

Criado en Rosario, más precisamente en la zona de Pichincha, Carlos fue creciendo y asimilando a la música como un modo de ser y estar en el mundo. Si bien se siente más cómodo con la tradición de la canción popular o “canción pop”, la curiosidad antes mencionada lo llevó a viajar por distintos paisajes del amplio mundo de este arte.

En un comienzo, lo que más lo conmovía era conocer y adentrarse en el proceso de creación de una canción, y la posibilidad de expresar sentimientos a través de la misma. John Lennon, Prince, Charly García, Fito Páez (con quien supo trabajar), aparecen como sus grandes mentores.

Artistas internacionales como Alex Ubago, Amaia Montero, Carlos Baute o el ex Tan Biónica, Bambi, conforman algunos de los tantos nombres con los que el rosarino compartió trabajos: “Trabajar con tanta gente de géneros tan diversos, hizo que yo mismo pueda derribar el prejuicio que muchas veces tenemos. La realidad es que me dejé llevar por lo que me conmovía y me di cuenta de que del otro lado, por más que haya un género musical distinto, había un corazón, un sentimiento y mucho trabajo“.

Y agregó: “Todo eso me abrió la cabeza. La música está siempre para unir. En verdad, si la música divide es porque hay algo que está mal pensado. Todos los que sentimos pasión o los que nos entregamos a la música, buscamos lo mismo: transmitir un sentimiento y generar algo en los demás”.

Más tarde, aparecieron nuevas exploraciones: “Con el tiempo fui aprendiendo a hacer música instrumental, música para películas, para obras de danza. Si hay algo que me conmueve o me llama la atención, quiero ver cómo se hace. Abrí entonces el abanico de no hacer sólo canciones para discos míos“.

CREAR DESDE LO YA CONSTRUIDO

Esa es la gran tarea de quien debe musicalizar un proyecto que no le pertenece, pero del cual debe apropiarse para inspirarse y fluir. “No hay un método”, destacó el músico. Y volvió a traer a la curiosidad como la ¿culpable? de su destino en este mundo tan distinto.

“Tuve la suerte de que la primera música documental que hice, que fue para una productora local, salió bien. Me dieron mucho trabajo después. Así que aprendí haciendo, entendí el rubro de esa manera y entendí qué era lo que tenía que poner yo“, resaltó. Apelando a la memoria sensorial, añadió: “Pienso en la sensación que me provoca la imagen y desde ahí empiezo a crear. A veces no se corresponde con la interpretación del realizador y hay que modificar”.

Esto último no sucedió con la película “Vilas (Serás lo que debas ser o no serás nada)”. Sobre la misma, el músico sostuvo: “Yo conocía mucho de su vida porque soy muy fanático del tenis. Primero, cuando leí el guión, me quedó esa sensación de injusticia respecto de lo que pasó con él. Así empecé a trabajar buscando romper esa pared para transmitir esa sensación“.

“A su vez, me interesé en ver qué música le gustaba a él y me encontré con un recorrido que empatizaba con su figura: él era muy melómano y escuchaba desde Hendrix, Pink Floyd, Johnny Cash. Empecé a meter cosas acústicas, otras más clásicas, y así aparecen muchas cosas rockeras que los documentales, salvo los específicos del tema, no suelen usar”. La película se encuentra disponible para disfrutar en Netflix.

VANDERA: LO QUE VIENE

Además de disfrutar de la nominación, el artista lanzó hace una semana el video lyric de “La pradera“, su segundo single adelanto del próximo disco que verá la luz a fines del 2021, con la esperanza de poder presentarlo en público y disfrutar de ese clima tan anhelado que la pandemia arrebató.

El primero de los adelantos fue “Mi trap”, una canción pensada “para rosarinos” que compartió junto a Lisandro Aristimuño. Comprendió, más tarde, que esos versos inspirados en una Rosario distinta a la que quedó en el recuerdo infantojuvenil entremezclados con la sensibilidad pandémica, generaban un eco en todas las personas que debieron dejar sus lugares natales para regresar, cada tanto, a encontrarse con el vertiginoso dinamismo que avasalla con lo imaginario.

Hay muchas posibilidades y aristas para continuar disfrutando de Vandera. Su versatilidad lo lleva, este viernes, a competir por uno de los galardones correspondientes a los Premios Gardel, el reconocimiento a la música más importante de Argentina.

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