Los desarrolladores de edificios premium están en alerta: el cepo dificulta la llegada de insumos claves, que no se producen en el país, como ascensores, porcelanato, vidrios y equipos tecnológicos.
Las trabas y restricciones a las importaciones complican a la industria de la construcción. Pero, sobre todo, a los emprendimientos de lujo, que utilizan un alto porcentaje de productos importados. A pesar de la cintura y la previsibilidad con la que se suelen manejar las desarrolladoras, ya anticipan que habrá demoras en las entregas de las propiedades que están construcción.
“Hoy, vemos que los emprendimientos de lujo están complicados con la materia prima, ya que gran parte de ella es importada. Esto retrasa los planes finales de obra”, reconoce Damián Tabakman, presidente de la Cámara de Desarrolladores Inmobiliarios (CEDU).
“El problema existe y los que hacemos real estate de lujo estamos con conflictos por las compras que queremos hacer en el exterior. En este marco, ya pedimos una reunión con el Banco Central para ver cómo resolverlo porque hay materiales que son irremplazables”, explica Alejandro Ginevra, presidente de GNV Group, que comandan los desarrollos más ambiciosos de Puerto Madero, como Madero Harbour.
Las demoras no solo son por la dificultad de traer productos importados. Esto se da por una acumulación de factores que, en los últimos dos años, golpearon al sector de la construcción.
“Las demoras existen por una sumatoria de factores. En principio, por la pandemia: las obras se paralizaron por meses. Hoy, todos los proveedores locales tienen atrasos en las entregas. Además, la guerra entre Ucrania y Rusia complica el panorama porque se encareció aún más el transporte internacional”, enumera el empresario.
Todos los jugadores reconocen que las tardanzas para traer materiales existen. “Se debería acomodar en los próximos meses y es fundamental trabajar con previsibilidad”, explican los desarrolladores.
REEMPLAZAR IMPORTADO POR NACIONAL
“Hay ciertas normas que van cambiando todo el tiempo. Hoy, existe un cupo: hasta que uno no ingrese al país lo que tiene autorizado no puede volver a comprar. Eso hace que todo el tiempo trabajemos atentos a la regulación: todo está cambiando constantemente”, explica Gerardo Azcuy, presidente de Azcuy Desarrollos, firma que actualmente tiene en marcha seis proyectos premium.
Si bien los empresarios de la construcción se convirtieron en expertos en materia de fintear restricciones y buscar opciones, no todos los materiales importados se pueden reemplazar por insumo local.
“Un ascensor para 200 metros no se puede reemplazar porque no hay en la Argentina”, ejemplifica Ginevra.
Además, agrega: “Estamos trayendo cocinas de Brasil, que son las que ganaron la licitación. Si no puedo importarlas, tendría que volver a licitar. Eso demora tiempo. Lo mismo, con los vidrios: también los traemos del exterior”.
“Todo el proceso de volver a elegir materiales demora. Si se elige el importado, es por algo. No puedo imaginarme cómo se harían edificios de lujo sólo con los materiales locales. Si esto continúa, se retrocede varios años en la tecnología con la que estamos trabajando”, gráfica el empresario de Puerto Madero.
RETRASOS
Por la pandemia, las obras en construcción se vieron detenidas y tuvieron que reprogramar las fechas de entrega. Para los desarrolladores de lujo, estas complicaciones generarán nuevos retrasos.
Aunque, en el caso de los desarrollos que apuestan a la clase media, los plazos parecen mantenerse. “Hubo retrasos de tres o cuatro meses al principio, hoy nos acomodamos y trabajamos con previsibilidad. Compramos los productos con tiempo”, reconoce Azcuy. Asegura que, en su caso, no habrá grandes modificaciones en las fechas de entrega.
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