La falta de lluvias genera pérdidas en la actividad agropecuaria de varios territorios provinciales, entre los que aparece Santa Fe.
La falta de lluvias en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, San Luis, La Pampa, Entre Ríos, Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Jujuy está generando pérdidas en la actividad agropecuaria además de severos trastornos, según detallaron a las corresponsalías de Télam autoridades y productores de la región.
En Santa Fe, a pesar de las escasas precipitaciones, la campaña de trigo muestra “buen desarrollo” en el 87 por ciento de los cultivos del centro-norte de Santa Fe, en la variedad de ciclo largo e intermedio, según la Bolsa de Comercio de esta provincia.
En cuanto a la siembra de girasol, la falta de humedad en los suelos paralizó las tareas esta semana y “hasta la fecha se logró un avance del orden del 20 por ciento, o sea 21.700 hectáreas, con referencia a la intención inicial que se estimó sería similar a la campaña del año anterior, que alcanzó las 108.500 hectáreas“.
En Entre Ríos, solo el sureste de la provincia presenta reservas hídricas entre óptimas y adecuadas, en tanto que el resto del territorio posee entre regular y escasas aguas para el cultivo; y desde abril, a excepción de junio, la precipitación resultó por debajo del valor promedio.
En San Luis, la falta de lluvias, sumada a la pandemia, complica la situación de los productores agropecuarios que se han visto obligados a vender vientres por la falta de pasto para alimentarlos.
EL NORTE PADECE
También sectores productivos de la provincia de Jujuy registran un año con dificultades debido a una intensa sequía, mayor a otros años, que está reportando pérdidas en las áreas de cultivos, en el caso de las legumbres “de entre un 30% a 40%”, dijo el presidente de la Cámara de Comercio Exterior jujeña, Jorge Gurrieri.
“Los daños que ha provocado la sequía este año es por falta de lluvias y afecta porque el poroto no tiene gramaje, no tiene peso y eso lleva a tener que meter más granos en cien gramos porque el poroto es más chico“, afirmó.
“La prolongada sequía también afecta a gran parte del Chaco y comenzó a impactar con fuerza en la producción agropecuaria, con daños y pérdidas en distintos cultivos y mortandad de animales”, señaló la subsecretaria de Agricultura local, Flavia Francescutti.
En la base a relevamientos realizados por la provincia, en la soja se verificaron alrededor de 160.400 hectáreas con distintos grados de daños, una superficie que equivale al alrededor del 50% del área cultivada con el poroto.
Por su parte, en Santiago del Estero, el representante de Confederaciones Rurales Argentinas, Pablo Karnatz, dijo que “acá la sequía es normal para la época y clima que tenemos, la falta de lluvias es la que se prevé, los productores deben estar preparados para esta situación, aunque lo que está preocupando son las grandes heladas que se están registrando” y agregó que “la seguidilla de heladas profundiza la sequía, y por ejemplo, en la alfalfa lentifica el crecimiento“.
Finalmente y ante el marcado déficit hídrico que se registra en toda la región, el Gobierno de Formosa, viene trabajando para asistir al sector productivo, con la realización de remates ganaderos y la entrega de forraje.
“Uno de los sectores más afectados por este período de déficit hídrico, esta sequía muy marcada, es el sector ganadero“, indicó el subsecretario de la Producción Sustentable, el ingeniero Alejandro García, en declaraciones a la agencia pública de noticias provincial.
Por eso, estimó que “los productores van a tener pérdidas en su capacidad productiva y la ganadería no termina a fin de año; son ciclos largos, con lo cual las afectaciones de ahora se van a ver el año que viene, con la producción de los terneros“.
OTRAS REGIONES AFECTADAS
Otras zonas del país, si bien registran menos lluvias, presentan una situación menos crítica: es el caso de Bahía Blanca, donde la Red de Estaciones Meteorológicas de la Bolsa de Cereales y Productos de la ciudad señalan que “hay una correcta disponibilidad hídrica en el centro y sur de la provincia de La Pampa y Buenos Aires” en tanto que la zona norte de “nuestra región se encuentra en déficit hídrico“.
En Córdoba, por su parte, las precipitaciones son “menores a los niveles históricos” para esta época del año y, según manifestó el secretario de Agricultura de la provincia, Marcos Blanda, “los cultivos que más están sintiendo el impacto son el trigo y el garbanzo“, aunque “hay que esperar los resultados finales de producción para saber de qué manera lo afectó“, ya que las mediciones sobre el comportamiento de los cultivos está en etapa preliminar.
En Mendoza, Pablo Caparrós, ingeniero agrónomo especialista en inteligencia artificial aplicada al agro, indicó: “Ha faltado mucha agua desde enero en adelante, sobre todo en el sur de Mendoza, y eso afecta a los otros cultivos“.
Caparrós explicó que también se vio afectada la actividad agrícola, porque tanto en San Rafael y General Alvear “hace un año más o menos que estamos con el 50% menos de lluvias, por lo que hemos tenido entre unos 100 y 110 milímetros solamente, lo que afectó mucho a la ganadería“.
En el caso de La Pampa, el subsecretario de Asuntos Agrarios, Alexis Benini declaró que “si bien en algunos departamentos de la provincia se registra un déficit hídrico, creemos que la situación no reviste de una gravedad tal como para que pidamos que se declare la emergencia agropecuaria“.
Télam