No hace tanto tiempo que las estanterías estaban repletas de juegos de mesa, videojuegos y películas. Pero ahora, gracias a la digitalización y la masificación de Internet, la mayoría de las opciones de entretenimiento ha migrado a la red.
Es impresionante ver cómo hoy día se esperan ansiosamente algunos contenidos como el final de la exitosa serie “La Casa de Papel” en Netflix, o la segunda temporada de “Euphoria”, esta vez en la plataforma de streaming HBO, solo para ser consumidos en unas cuantas horas.
No obstante, el progreso tecnológico no aplica solamente a las series creadas por y para estos servicios de streaming, sino también a verdaderos clásicos.
De ver los Simpson en la tele a consumir en streaming
¿Quién no deseaba estar en casa a la hora en la que emitían por televisión los dos capítulos diarios de Los Simpson? Uno de ellos solía ser de los “nuevos” y el otro se podía haber visto unas 6 o 7 veces ya. Uno se conformaba y lo veía de nuevo, no quedaba otra.
Lo mismo pasaba con las series y programas que se emitían a partir de las 10 pm. Solían terminar a medianoche y, si uno tenía sueño o debía madrugar al día siguiente, tampoco quedaba otra. O uno se lo veía en el momento o se quedaba sin verlo.
Algunos tenían la suerte de contar con un grabador VHS y, más adelante, de DVD. Así, uno podía descansar por las noches y ver sus series favoritas en el momento en el que más le apetecía. Aunque por norma general, la cita familiar a la hora que la programación marcaba era casi inamovible.
Hoy en día, pocos miran la programación y lo de hacer zapeo con el mando hasta encontrar “algo que ver” está casi extinguido. Ahora, muchos pagan por una suscripción que permite hacer maratones de películas durante todo el domingo, o tragarse una temporada completa de alguna serie en un solo día.
Sin embargo, el consumo de series no es lo único que se ha adaptado al mundo digital.
De hojear libros con olor a nuevo a leer en eBooks sin límites
Otro asunto que suele dar nostalgia es el de los libros. Era algo mágico entrar en una librería de barrio y sentir esa bofetada de olor a papel nada más cruzar la puerta.
Ahora, los libros se descargan en formato digital por Internet y se consumen a través de una pantalla como eBooks. Se sigue recurriendo al formato físico para hacer un regalo personal o llenar esa librería que asoma como fondo en las videollamadas del trabajo, simplemente porque queda bien.
El caso es que irse físicamente a las librerías ya no es necesario. Empresas como Amazon se encargan de llevar el libro que uno quiera a casa de un día para otro. Está claro que, de esta manera, uno consigue ahorrar tiempo y, en muchas ocasiones también dinero. Porque hay que reconocer que, un libro en formato eBook es mucho más económico y verde que uno en papel.
De coleccionar juegos de mesa a jugar en línea
Ahora bien, lo que más ha evolucionado es la forma en la que se concibe el jugar. No hace mucho, uno solía levantar el teléfono y llamar a los amigos para ver si les apetecía reunirse en una casa y echar una partida de algún juego de mesa, como los de preguntas tipo Trivial Pursuit.
Este tipo de juegos de preguntas ya se han adaptado a la actualidad y se han convertido en aplicaciones móviles y páginas web, como, por ejemplo, el Internet Scrabble Club. Y también la biblioteca de tragamonedas en casinos online como PokerStars Casino o la oferta de videojuegos de todos los géneros en plataformas tan populares como Steam son algunos ejemplos de esta migración de los juegos a la red.
Sin embargo, no son solamente los ordenadores y celulares que se usan, sino también las consolas de última generación, como la PlayStation 5, la cual permite no solamente jugar títulos como Spider-Man: Miles Morales o Hades en solitario, sino también conectarse con otros para disfrutar de partidas de Fortnite o Among Us.
Como se puede ver, el entretenimiento ha dado el paso definitivo a Internet. Series, películas, libros y juegos, todo se puede encontrar de una u otra forma en plataformas especializadas. Y la oferta sigue creciendo y adaptándose a los avances de la tecnología.