La pandemia, lejos de aminorar la marcha, impulsó a la empresa de pochoclos “Mis abuelos”, cuyo responsable es el integrante de una familia emprendedora. Superación constante y trabajo de sol a sol, las claves del ingeniero que no olvida sus raíces y siempre va por más.
Perfil bajo, escasa o nula participación en redes sociales y mucho trabajo son algunas de las características de la personalidad del emprendedor Alejandro Maccan. Ingeniero Industrial de profesión y empresario por influencia familiar, el rosarino especializado en Agronegocios sigue creciendo con su marca de pochoclos “Mis abuelos”.
Maccan tiene una historia de vida digna de imitar por todo aquel que desee emprender y crecer por cuenta propia. Es bisnieto de Juan Adad, quien trajo a la ciudad la primera máquina a vapor de agua para la elaboración y venta de pochoclos y comenzó con esta empresa familiar. Además, a cada sueño cumplido la añade un nuevo objetivo a lograr.
PASO A PASO Y CON ESFUERZO
En 2013 Maccan se recibió de Ingeniero Industrial y se hizo cargo del negocio familiar junto a su hermana Mariana. Desde ese momento los hermanos soñaron con cruzar las fronteras del Monumento a la Bandera, la parada histórica de sus abuelos y padres, para llegar a más clientes.
Así fue como en 2015 se presentaron por primera vez en La Feria Internacional de la Alimentación, la bienal de Rosario FIAR, con un stand propio en el Salón de las Golosinas.
Más adelante, Maccan aceptó el desafío y participó de todas las ediciones de las conferencias TEDx desde aquel año, con una carpa ploteada única y un juego de living diseñado para que los clientes disfruten del momento.
LOGROS Y APUESTAS
En 2016 la marca de pochoclos “Mis abuelos” se asentó como proveedora de los principales comercios de la ciudad. En paralelo, se consolidó como la primera empresa de pochoclos con toda la reglamentación vigente del Código Alimentario Argentino.
Un año más tarde, repitiendo las presentaciones en FIAR y TEDx, Maccan adquirió el primer utilitario para repartos y lo presentó en Actividad Empresaria, el programa de televisión de la Productora VTV.
No conforme con ese paso, en 2018 el ingeniero fue por más y lanzó los Pochoclos Salados y Saborizados, una veta gourmet del negocio que se sumó al ya exquisito sabor clásico “Mis Abuelos”. En ese momento la marca comenzó a publicitarse en Hacelo Dulce, el programa culinario que se emite los domingos por Canal 3.
A su vez, en lo que fue un año de emprendimientos y apuestas, la empresa familiar lanzó al mercado una línea de productos bañados en chocolate, almendras, arándanos y bananita cereal, de elaboración artesanal.
EN PRIMERA PERSONA
Maccan, a pesar de los éxitos cosechados, no renuncia a sus principios y continúa trabajando desde el silencio y con ánimo emprendedor. Sin embargo, en una charla con Impulso se detiene, reflexiona y da a conocer los secretos de su trayectoria exitosa. Y, lógicamente, va por más.
“Mariana y yo estamos felices de los pasos que venimos dando, yendo hacia un producto más industrializado, pero sin olvidarnos de nuestros orígenes. Nos siguen encontrando los fines de semana en aquella histórica parada”, comenta Maccan.
A su vez, consciente de que su negocio es un ejemplo digno de imitar, expresa: “Nos llena de orgullo saber que otros emprendedores, ya sea de nuestra gran familia o no, decidan dedicarse a elaborar un producto envasado. Es una señal de que vamos por el buen camino”.
Por otro lado, recordando los últimos años, el profesional y emprendedor indica: “El 2019 también fue un año de muchísimos desafíos. Participamos por tercera vez ininterrumpida en FIAR y TEDx y viajamos a Costa Salguero a exponer en la feria alimenticia más grande de Buenos Aires. Además, en octubre estrenamos una tricicleta pochoclera totalmente eléctrica en el primer Salón del Automóvil Rosario”.
LA PANDEMIA NO LO VENCIÓ
A diferencia de otros rubros que padecieron los efectos económicos adversos que propinó masivamente el coronavirus, Maccan y su gente lograron mantenerse de pie y consolidarse en su rubro.
“La pandemia no nos paralizó –asegura-. Fue un gran desafío poder llegar a todos nuestros clientes y amigos que estaban luchando la batalla desde casa. Debido a las circunstancias conocidas por todos, nos pusimos días y horarios especiales para poder llegar a toda la ciudad y estuvimos habilitados desde el primer día para llegar a cada hogar a entregarles el momento más dulce”.
En ese sentido, agrega que aún funciona el mismo cronograma de delivery. “Los miércoles estamos en zona centro, los jueves en zona oeste y Fisherton, y los días viernes en zona norte”, detalla, y amplía: “Desde junio del año pasado somos proveedores de una de las heladerías más importantes de Av. Pellegrini. Estamos muy contentos de haber sido elegidos para acompañar las ventas en invierno”.
SUPERACIÓN CONSTANTE
El camino del emprendedor no está siempre plagado de rosas ni tampoco es un paraíso dulce, sino que también existen obstáculos y muy difíciles. “En julio perdimos a papá, después de luchar varios años contra una larga enfermedad. Esa gran pérdida nos hizo valorar mucho más el trabajo familiar”, destaca Maccan.
Asimismo, las pálidas no impidieron que la venta de pochoclos y la actividad de la empresa sigan creciendo. “En noviembre, con motivo de las fiestas navideñas y de fin de año, lanzamos dos presentaciones de cajas navideñas propias, con nuestras garrapiñadas de maní, almendras y los productos bañados. Superamos ampliamente nuestras expectativas, ya que varias empresas confiaron en nosotros para la mesa dulce navideña de sus empleados, proveedores y amigos”, celebra el ingeniero.
NUNCA FALTAN PROYECTOS
Maccan, de bajo perfil, trabaja en silencio, como le gusta decir. Cuenta con experiencia en empresas multinacionales, en áreas de logística, consumo masivo y producción, también en sectores de calidad y estadísticas en instituciones privadas de salud. Afirma que la vida de un emprendedor es incierta, una constante cornisa, pero subraya que vale la pena luchar por los proyectos propios.
“Este 2021 nos encuentra trabajando y con muchos proyectos. Uno de ellos es que estamos analizando la compra de una envasadora automática a una empresa de la ciudad y algunas otras novedades que iremos presentando a medida que vaya transcurriendo el año”, dice quien este verano dejó su puesto en la multinacional Tenaris, para ir detrás de sus sueños.
En tanto, fiel a su estilo soñador y propositivo, el ingeniero emprendedor no descarta y ve con buenos ojos, a futuro, aportar su experiencia desde el Concejo Municipal para que Rosario sea la ciudad pujante de los emprendedores, las pymes y la cultura del trabajo.