A fines del año 2020, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) reglamentó el uso obligatorio de casco y chaleco reflectivo, pero aún no existen sanciones por no usar dichos elementos.
Los monopatines eléctricos ya son parte del paisaje de muchas ciudades de Argentina. Empujados por la conveniencia de evitar las aglomeraciones en el transporte público en plena pandemia, cada vez son más las personas que utilizan estos vehículos de dos ruedas para llegar a sus lugares de trabajo o estudio.
Sus características primordiales, como “económico”, “ágil” y “versátil”, son las más resaltadas por usuarios y usuarias; pero ¿qué sucede con la seguridad de quiénes los usan? ¿Es obligatorio el uso del casco? ¿Hacen falta otros elementos de protección?.
LA IMPORTANCIA DE LA SEGURIDAD
En un siniestro o simplemente una caída, el casco es el elemento que va a proteger la cabeza de lesiones, como los cortes y las fracturas de cráneo.
Por eso, para evitar dichas lesiones siempre hay que usarlo, aunque el recorrido sea corto. La mayor cantidad de siniestros ocurren en la zona de confort, es decir, habitual. Además, no debe ser cualquier casco, existen exclusivos para monopatines eléctricos, muy similares y, hasta a veces, son los mismos que los de bicicleta.
Max You, marca líder en micromovilidad sustentable, comparte los 4 requisitos que debe cumplir el casco y su uso:
Homologado:
Es decir, cuando el fabricante lo ha sometido a una serie de procesos y ensayos que verifican que se cumplen con todas las prestaciones de seguridad básicas necesarias.
Tamaño correcto:
Vienen en varios tamaños que varían según el fabricante. Un buen consejo es medir la circunferencia de la cabeza para obtener el talle aproximado. Lo importante es que quede bien sujeto a la cabeza.
Buen estado:
Debe estar sano, sin grietas ni golpes visibles. Se deberá cambiar de casco si estuvo involucrado durante un siniestro, si está dañado o maltratado, o si ya queda pequeño.
Colocación:
La posición correcta del caso es cuando está nivelado sobre la cabeza y cubre parte de la frente. Para probar si está correctamente puesto, hay que colocar uno o dos dedos sobre las cejas. Queda debidamente protegido, cuando el casco toca los dedos. Además, las hebillas y correas deben estar bien ajustadas. Por último, se debe realizar la prueba del bostezo: abrir la boca lo más que se pueda y se debe sentir cómo el casco presiona sobre la cabeza. Si no es así, hay que ajustar hebillas o correas.