El sureste de Turquía y el norte de Siria quedaron devastados después de que se registrara un imponente terremoto de 7.8 puntos de magnitud en la escala de Richter.
Producto del fenómeno, hasta el momento se registraron más de 600 personas fallecidas, miles de heridos y cientos de edificios derribados.
Los primeros temblores se dieron minutos antes del amanecer, teniendo su epicentro en la localidad turca de Gaziantep, a 90 kilómetros de la frontera con Siria. Cabe destacar que esta zona es utilizada por millones de refugiados que huyeron de la guerra civil del país asiático.
En la zona todavía se desarrollan fuertes operativos de búsqueda de sobrevivientes, trabajando entre los escombros y los bloques de concreto que dejó el terremoto. Se registraron al menos 20 réplicas, algunas de ellas horas más tarde cuando ya había salido el sol. La más fuerte tuvo una magnitud de 6,6, según las autoridades turcas.
El sismo destruyó edificios desde las ciudades sirias de Alepo y Hama a la turca Diyarbakir, a más de 330 kilómetros de distancia al nordeste. El vicepresidente de Turquía, Fuat Otkay, advirtió que se desplomaron casi 900 edificios en las provincias de Gaziantep y Kahramanmaras, entre ellos un hospital en la ciudad costera mediterránea de Alejandreta.