Impulso

La primera mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, firmó este jueves un decreto de necesidad y urgencia (DNU), a través del cuál removió de su cargo al presidente del Banco Central de la República Argentina, Martín Redrado, asegurando que el titular de la entidad incurrió "en mala conducta e incumplimiento de los deberes de funcionario público".

Redrado respondió que "no renuncié ni renunciaré" y anticipó que irá a la Justicia pidiendo la nulidad de la medida.

En la madrugada de este viernes, Redrado dijo estar "muy tranquilo y conforme con su gestión" y por "haber protegido y defendido los intereses de todos los argentinos". "Estoy convencido de que dejamos una entidad que garantiza a todos los argentinos tranquilidad monetaria, previsibilidad cambiaria, estabilidad financiera y estoy absolutamente seguro de todas las decisiones que tomé", afirmó.

En tanto, la oposición salió a discutir la validez de la medida tomada por el gobierno argentino y comenzarán a estudiar los últimos dos decretos firmados por la presidenta. Uno, el que dispone de 6.500 millones de dólares de las reservas para pagos de la deuda externa; y el que impone la salida de Redrado como presidente del BCRA.

Redrado se apartará de su cargo, respondiendo al DNU, pero no renunciará y recurrirá a la Justicia con un recurso de amparo.

Miguel Pesce, actual vicepresidente de la institución, quedará provisoriamente como titular del BCRA. En relación a la validez de la decisión tomada por el gobierno de Fernández de Kirchner, desde el gobierno se citó como antecedente la remoción de Pedro Pou del Banco en 2001, durante la presidencia de Fernando de la Rúa.

Es más, explicaron que el artículo 9 de la Carta Orgánica del banco habilita al Ejecutivo a desplazar a los miembros del directorio, aunque con un previo consejo de una comisión bicameral del Congreso de la Nación.