LA MIRADA CABRERA. El ex entrenador de Newell's Old Boys logró el ascenso y campeonato con el Leeds United en el Championship inglés, generando nuevamente voces encontradas.
Aquel partido frente a Suecia, en la madrugada del 12 de junio del 2002, en plena Copa del Mundo Corea-Japón marcaría un antes y un después en la vida de muchos jugadores, pero, sobre todo, de Marcelo Bielsa.
El entrenador que llevó a la gloria a Newell’s Old Boys y lo dejó a las puertas de una hazaña histórica o quien revivió futbolísticamente a Vélez Sarsfield, había marcado su carrera para siempre, con ese golpe tan duro como real.
Pero, 18 años después, con tanto vivido, con un recorrido importante en el fútbol internacional que lo llevó a disputar otro mundial en este caso con la Selección de Chile en Sudáfrica 2010; ¿Por qué se le sigue reprochando a Marcelo Bielsa ese momento en su carrera? o ¿Por qué cada logro del director técnico se empequeñece ante ese hecho futbolístico desmereciendo los triunfos previos y posteriores?.
Tal vez la personalidad introvertida del entrenador no ayuda a romper con ese pensamiento de “máquina sin sentimientos” que tienen algunos.
Poner a todo el periodismo en igualdad de condiciones, sin privilegios territoriales tiene costos, muchos consideran en ese gesto que el técnico mira con aires de superioridad al mundo del fútbol, y que su poca exposición es parte de ese “personaje” inflado por sus fanáticos.
Ahora, ¿Cuál es el verdadero Marcelo Bielsa?
Al que se lo ve en las imágenes tras el festejo del Leeds United, abrazando paternalmente a cada uno de sus jugadores, el que sale a saludar a cientos de hinchas que solo pasan por la puerta de su casa a agradecerle el devolverles la alegría de retornar a la Premier League Inglesa, y respondiendo con gestos teñidos de vergüenza y con un temeroso “gracias” en inglés, o aquel a quién sus propios futbolistas, casi obligaron a levantar esa Copa que, hace un año, lo había visto derrotado, en cuclillas, sin encontrar explicaciones.
Ese es el real, el que tal vez, con el paso del tiempo, aprendió a dejar salir las emociones y presiones contenidas, el que revoluciona cada uno de los lugares por donde pasa sin promesas rimbombantes a través de declaraciones que los simpatizantes quieren oír; sin regalar ilusiones que su propio nombre genera. Solo “vendiendo” su trabajo y el proyecto que tiene en mente para llegar al éxito.
Un estilo de vida
Bielsa marca, a pesar que a muchos no les guste, un estilo de vida, mezclando la profesión con un concepto difícil de respetar por estos tiempos: códigos. Otro de los puntos que enaltecen su forma de plantarse ante la vida y el trabajo del ex Newell’s es el reinventarse constantemente a los cambios de equipos, de cuerpos técnicos, de cultura, de idioma o de idiosincrasia. Demuestra con ésto que no es una “moda” sino una opción de filosofía que quedará en el tiempo.
“El Loco” con la mirada hacia un punto que solo él observa, con su “rechazo” al periodismo de “manual”, reconociendo a los periodistas que rompen con las estructuras preestablecidas.
Él es Marcelo, quién volvió a dejar huella a su paso, más allá de que en esta ocasión pudo lograr el éxito total demostró una vez más que, en sus futbolistas, deja un legado de comportamiento ante la vida. Ese es Bielsa, el loco más cuerdo de todos.