Un informe de la Concejalía Popular, muestra que un alto porcentaje busca vivir en los barrios por los altos costos. Todos los números.
Un informe de la Concejalía Popular en Rosario, afirma que ante los elevados costos de renovación en el mercado locativo, crece el número de rosarinos que deje de vivir en el centro para conseguir mejores precios en los barrios.
Los costos de renovación de contratos de alquiler que tenían fecha de vencimiento en los primeros cinco meses de este año, aumentaron entre un 37 y un 40 por ciento promedio.
El informe realizado sobre una matriz estadística de 1734 contratos de alquiler seleccionados en el mercado inmobiliario de la ciudad de Rosario, con fecha de vencimiento en los primeros 5 meses del año 2019, marca una clara tendencia de expulsión a las periferias o a condiciones de mayor deterioro de calidad de hábitat de los inquilinos.
Nire Roldán, titular de la Concejalía Popular, sostuvo en contacto con Impulso que “1 de cada 3 inquilinos no renueva su contrato en Rosario”.
De un total de 1734 contratos analizados, 558 no continuaron con la relación contractual.
En el centro, el 40% de los casos, modifico su relación contractual, y en zona suroeste, sólo el 11% de ellos.
De la totalidad de los contratos objeto de estudio, el 84% de ellos son celebrados con la participación de inmobiliarias o intermediarios inmobiliarios.
El 16 % son celebrados directamente entre propietario e inquilinos.
Entre los que son celebrados directamente entre Propietarios e Inquilinos, solamente se rescindieron 32 contratos de alquiler, el 6 % de la totalidad relevada.
De los 558 rescindidos, el 94% de ellos fueron realizados con la intermediación de inmobiliarias o terceras personas.
El porcentaje promedio de aumento, consolidado en renovación contractual es del 37%.
El porcentaje promedio de aumento solicitado en los contratos de alquiler que no fueron consolidados es del 40,5%.
De los 558 contratos rescindidos, la causa principal fue el alto valor del alquiler.
El segundo motivo fue las exigencias de las inmobiliarias o propietarios para la renovación contractual, con cifras que triplicaban el valor del contrato de alquiler para poder renovar.
El tercer motivo fueron las garantías solicitadas, propietarias o varias de recibos de sueldo que estaban lejos del alcance de los inquilinos.
La cuarta, la creencia de la imposibilidad de hacer frente a las exigencias contractuales.