La serie presenta un retrato sobre la reina Isabel II del Reino Unido e interpretada nuevamente en esta entrega por la ganadora del Oscar Olivia Colman y en dónde aparecerá una joven Diana Spencer en la vida de la familia real.
“The Crown”, la multipremiada serie de Netflix que narra la historia de la reina Isabel II del Reino Unido desde su ascenso al trono en 1952 hasta la actualidad, interpretada nuevamente en esta entrega por la ganadora del Oscar Olivia Colman, estrenará el próximo domingo su cuarta temporada.
El drama histórico creado y escrito por Peter Morgan, quien ya había retratado a la monarca en la película “La Reina” (2006, de Stephen Frears), abordará en esta etapa la llegada de la conservadora Margaret Thatcher al poder como primera ministra hasta su renuncia en 1990 y la aparición de una joven Diana Spencer en la vida de la familia real.
En ese sentido, es el contexto situado en la década de los 80 lo que quizás vuelve a esta temporada la más atractiva hasta el momento para un público que, si no vivió la época y sus cambios sociales y culturales -bienvenida sea la aparición de David Bowie, Stevie Nicks y Joy Division en la banda sonora-, puede de todas maneras recibirla con mayor cercanía.
Como siempre, y permitiéndose algunas pocas libertades narrativas, la serie sigue el detrás de bastidores de la realeza y su apariencia impoluta, con las inevitables tensiones internas que surgen cuando sus integrantes juegan con los límites de la tradición y el protocolo, aunque siempre bajo una lente discreta, que no intenta ocultar los privilegios y lujos que los rodean.
Lady Di en The Crown
Por eso, la llegada de la encantadora y aristócrata Diana Spencer, quien más tarde se convertiría en la famosísima Lady Di y es interpretada con delicadeza por la joven actriz Emma Corrin, es un virtual alivio para un pueblo inglés en crisis, aunque pronto se convertirá en una pesadilla para la pareja, al descubrir que al cuento de hadas que se había fabricado a su alrededor le faltaba, principalmente, amor.
El romance entre Carlos y Camilla Parker-Bowles (Emerald Fennell), quienes se casarían en 2005, y la presión por mantener la imagen perfecta de madre y esposa devota, sumados a su estilo más desenfadado y natural, provocan en la princesa un trastorno alimenticio -representado con frontalidad- y una sensación de reclusión y desatención difícil de manejar, que sentarán las bases para el ya conocido futuro de la pareja.
El adiós de Colman y el recambio de elenco
En tanto, se trata de la última temporada en la que Colman, que ganó el premio Oscar a Mejor actriz por interpretar a otra reina, Ana de Gran Bretaña, en “La favorita” (2018, de Yorgos Lanthimos), encarnará a Isabel II, ya que en la quinta y sexta temporada ese papel será tomado por Imelda Staunton (“El secreto de Vera Drake”).
También será la despedida para Tobias Menzies en el rol del príncipe Felipe, quien será reemplazado por Jonathan Pryce (“Los dos papas”), y para Helena Bonham Carter como la princesa Margarita, hermana de la reina, que pasará a Leslie Manville (“El hilo fantasma”).
Por último, el personaje del príncipe Carlos será retomado en las futuras entregas por Dominic West (“Desplazados”), y el de Lady Di por Elizabeth Debicki (“Tenet”).
Al igual que en sus entregas previas, “The Crown” mantiene un sobresaliente nivel de atención al detalle en toda su realización, desde el vestuario a los palacios, lo que la volvió una de las tiras más caras de la historia, con un presupuesto que ronda los 130 millones de dólares por temporada.
Imágenes: Gentileza