El parque de diversiones flotante diseñado por Barry Diller ya se puede visitar. Un proyecto que intentará revitalizar la "Gran Manzana" pero que tiene sus detractores.
La ciudad de Nueva York, que dejó atrás las restricciones por el coronavirus, resurge con la apertura de Little Island, un parque flotante de 260 millones de dólares ubicado sobre el río Hudson, conocido también como Diller Island.
De hecho, su construcción fue financiada por el millonario Barry Diller, tras años de batallas legales, problemas de ingeniería y un encendido debate sobre el rol que los adinerados pueden jugar en el “diseño” de espacios públicos de la Gran Manzana, que desde la pequeña isla abre su período postpandemia.
La apertura oficial del parque, con su impresionante vista se llevó a cabo recientemente y su creador se comprometió a pagar incluso 120 millones de dólares para cubrir los futuros gastos del nuevo lugar.
Diller ideó el proyecto junto a su compañera, la diseñadora Diane von Fustenberg, una de las mayores partidarias del parque elevado del High Line.
El proyecto comenzó a delinearse en 2012, cuando Diller quedó cautivado por la idea del arquitecto Thomas Heatherwick, quien diseñó la antorcha en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y la escultura Vessel en Nueva York.
SUMÓ CRÍTICAS
Poco a poco se ganó la oposición de muchos que lo consideraban un desperdicio de un área pública así como un proyecto capaz de alterar el equilibrio de algunas especies animales que habitan en el río Hudson.
La confrontación se prolongó durante años y, finalmente, el gobernador Andrew Cuomo se vio obligado a intervenir y lo hizo a favor de Diller.
Fuente: ANSA.