En el marco de la emergencia sanitaria por el coronavirus, muchos empresarios argentinos tomaron medidas especiales.
El 57% de las empresas en la Argentina desarrolló un plan de contingencia para gestionar los efectos que la pandemia de coronavirus Covid-19 está generando en el negocio, y el 23% lo está preparando, según un informe privado.
De acuerdo con una encuesta de Mercer, solo 13% lo ha desarrollado para locaciones específicas y 7% no lo ha diseñado.
Respecto de la comunicación, el 69% de las organizaciones tiene una cadencia regular de comunicaciones del liderazgo más senior a toda la organización donde no solo se comparte información, sino también acciones concretas que la organización ha implementado.
El 54% de las compañías transmite esas comunicaciones corporativas a los gerentes para que refuercen los mensajes en sus equipos.
La experiencia de Asia demuestra que en general el enfoque para transitar los efectos de la pandemia en el negocio tiene tres fases: 1) Reaccionar al coronavirus, 2) Trabajar en aislamiento, 3) Reinventarse para crecer.
“En la fase 1, lo importante es ocuparse de implementar los recursos necesarios para trabajar en esa nueva realidad y centrar la comunicación a los empleados en las medidas de prevención y seguridad, con un foco muy fuerte en el bienestar físico y emocional”, explicó Ivana Thornton, directora de Career de Mercer.
En la Argentina, el 44% de las compañías agenda sesiones virtuales para compartir experiencias entre individuos y equipos, y el 42% incentiva a los equipos a que se sigan reuniendo virtualmente durante la crisis.
En la fase 2, es clave obtener feedback continuo de los empleados respecto de cómo están viviendo la experiencia.
Para ello, herramientas como focus groups virtuales, encuestas pulso o charlas de los managers con los equipos son muy útiles para tener ese contacto y medición frecuente.
La tercera fase que transitan las empresas en este contexto es planear de qué manera la organización se reconvertirá para operar en este nuevo entorno.
En ese sentido, planear sobre cambios en la fuerza de trabajo, en la organización del trabajo y en las competencias que serán necesarias desarrollar para aprovechar las oportunidades nuevas que surjan, será fundamental.
“Es importante mirar la reconversión desde la perspectiva de los costos, donde es altamente probable que las compañías tengan que tomar decisiones de ajuste respecto de costos de la fuerza laboral; y también desde el punto de vista de los ingresos, donde lo crucial será la adaptación a la demanda y la reconversión de la fuerza de trabajo para tomar ventaja rápidamente de las nuevas oportunidades que generará el cambio de escenario”, agregó Thornton.
Télam