En junio se observó una desaceleración de la tasa mensual de inflación. Esto respondió a una desaceleración del precio de la ropa y los alimentos. En cierta medida esto se explica porque los salarios vienen atrasados. En cuando buscan recuperar terreno perdido con las paritarias, la inflación se va a volver a acelerar. Es la espiral inflación-salarios.
La tasa de inflación mensual venía acelerándose desde que comenzó el año. En enero, la tasa mensual fue del 6,0% la cual fue escalando hasta llegar a abril al 8,4% y luego como que tendió a desacelerarse. En mayo fue de 7,8% y en junio volvió a ser de 6,0% mensual.
Igual, tener tasas mensuales de inflación entre 6% y 8% no deja de ser una inflación muy alta ya que en términos anualizados implican tasas de 100% y 150% anuales, respectivamente. Estos son escenarios de altísima inflación para países normales que, sin llegar a ir a los países desarrollados, estamos hablando de Chile y Uruguay.
De todas formas, sirve indagar a ver qué está pasando con la inflación mensual en la Argentina. Para ello es útil el gráfico a continuación.
Tasa de inflación mensual por capítulos de la canasta
Junio 2023
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC
Aquí se observa que los precios regulados (comunicación, salud y vivienda) tuvieron aumentos fuertes de entre 8% y 10%. Los precios de la clase media (educación, recreación y restaurantes) subieron por encima del 6% mensual. Lo que tiró abajo la inflación general fueron la ropa y los alimentos que subieron apenas un poco arriba del 4%. Ambos ítems tiran para abajo la inflación general porque pesan un 32% en la canasta del IPC.
De hecho, llama un poco la atención que justo cuando el gobierno tuvo que hacer fuertes ajustes en los precios regulados, la ropa y los alimentos –que son los que más pesan en el índice total– hayan crecido solo la mitad de lo que crecieron los regulados. Pero, bueno, puede suceder.
Aquí puede ser útil mirar cómo viene siendo la historia de los aumentos de precios de la ropa y los alimentos en el último año y medio. También sirve contrastar esta evolución con la de los salarios. Para eso se presenta el gráfico a continuación.
Evolución de la inflación alimentos, ropa, general y salarios
Enero 2022 = 100
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC
En el gráfico se puede apreciar que el precio de la ropa ha venido creciendo bastante por encima de la inflación general. En 5 de los 12 meses del 2022, el precio de la ropa creció en alrededor un 10% mensual (cuando la tasa de inflación promedio del 2022 fue del 5% mensual) y en el 2023 vuelve a tener tasas del orden 10% mensual en marzo y abril.
Los alimentos, en cambio, en el 2022 acompañaron la inflación general, pero se aceleraron en el 2023 con tasas que orillaron el 10% mensual en los meses de febrero, marzo y abril.
Entonces estos dos ítems vienen muy acelerados con respecto al promedio de inflación y en junio 2023 mostraron un atisbo de desaceleración.
Una de las razones puede ser que los salarios vienen atrasados. El último dato disponible del índice de salarios que mide el INDEC corresponde a abril, pero en el gráfico se puede observar que la tendencia de los salarios en absoluto acompaña la aceleración de los precios de la ropa y los alimentos.
En abril, la ropa estaba un 36% por encima y los alimentos un 28% por encima de los salarios respecto a enero del 2022 (cuando comienza la serie del gráfico).
Si uno hiciera una extrapolación lineal de la tendencia del salario a junio da que la diferencia seguiría siendo de 35% y 25%, respectivamente, con respecto al salario.
O sea, llega un momento en que los precios de ciertos productos (como en este caso la ropa y los alimentos) atenúan su aceleración porque la demanda (los salarios) no puede acompañar.
A partir de abril, comienzan las rondas paritarias buscando que el salario recupere el terreno perdido con la inflación. El problema es que cuando se tiene un descalabro monetario tan grande –como tiene la Argentina– todo aumento de salario nominal lo único que logra es volver a soltar el precio de los bienes, contenidos por el atraso salarial.
Esto no es otra cosa que la espiral de inflación-salario. No es que uno cause el otro. Sino que funcionan como dos engranajes: los dos se hacen funcionar mutuamente.
Por esto, una política anti-inflacionaria, en la búsqueda del ordenamiento fiscal, monetario y de competencia en la economía, tiene que tener acompañando una “política de ingresos” para ayudar a frenar los engranajes consensuada y gradualmente.
Fuente: LP CONSULTING