El país tiene una enorme potencialidad ganadera. Pero la actividad es cíclica con tendencia a la baja en todas las provincias y dónde Santa Fe no es la excepción. Hay que aprender de Uruguay.
El stock ganadero en Argentina tiene un comportamiento errático con tendencia declinante. Mucho tiene que ver lo errática que es la política ganadera. Entre el 2007 y el 2010, donde prevaleció la política de control al precio de la carne el stock ganadero en todo el país bajó de 59 a 49 millones de cabezas. Es decir, se perdieron 10 millones de cabezas.
Stock ganadero
Millones de cabezas
Fuente: LP CONSULTING en base a MGAyP
Ante la evidencia de que más allá de evitar el aumento del precio, encarecía la carne, se tendió a revertir esta política lo que llevó a una recuperación parcial llegando a 53 millones de cabezas en el 2015.
Con la asunción del anterior gobierno, cuyas políticas buscaban ser amigables con el campo, el stock ganadero llegó a 55 millones en el 2018. A partir de allí comienza de nuevo un período de contracción que seguramente se profundizará si continúan las restricciones a las exportaciones y la la inflación impulsa un retorno de los controles de precio a la carne.
A lo largo de todo este período no hubo grandes cambios en la distribución geográfica del stock ganadero. Las principales provincias son Buenos Aires (38%), Santa Fe (12%), Córdoba (9%), Corrientes (9%) y Entre Ríos (8%) que concentran el 76% del stock.
El 24% restante está en el resto de las provincias donde se destacan La Pampa (6%), Chaco (4%), Formosa (3%), San Luis (3%) y Santiago (3%). En el resto de las provincias la actividad es marginal.
La participación de Santa Fe ha tenido la misma oscilación que el total país entre el 2007 y el 2013 que estaba por encima del 12%. Luego empezó a oscilar algo por debajo del 12%. La cantidad de cabezas en la provincia se mantiene en 6 millones, por lo que el pequeño declive en la participación se explica por un pequeño aumento del stock en la provincia de Buenos Aires.
Dentro de la provincia de Santa Fe, la actividad ganadera es fuerte en los departamentos del norte provincial, donde las tierras son menos aptas para el desarrollo de la agricultura con rindes asimilables a las zonas central y sur.
San Cristóbal tiene más de 1 millón de cabezas, Vera 736 mil y General Obligado, Castellano y Las Colonias más o menos medio millón cada uno.
Aquí se destaca General López que, estando ubicada en la zona núcleo de la agricultura, cuenta con casi 400 mil cabezas representando el 6% del total provincial.
Stock ganadero en Santa Fe
Por departamento
Fuente: LP CONSULTING en base a MGAyP
La Argentina tiene una enorme potencialidad para el desarrollo de la ganadería a nivel mundial. Pero esta ambivalencia que se ve a nivel país y en Santa Fe, en particular, muestran el desaprovechamiento que el país hace de esta potencialidad.
Mucha gente piensa que la raíz de este derroche de oportunidad tiene que ver con el supuesto conflicto de interés entre la explotación ganadera de exportación y la demanda de consumo interno de carne en las ciudades. La equivocada creencia de que el asado tiene que ser primero para el pueblo y, sólo si sobra, recién exportar. En este sentido, Uruguay marca el camino para sortear este falso dilema.
Uruguay es el primer exportador mundial de carnes en términos per cápita. El modelo uruguayo de ganadería tiene como eje la modernización de la cadena de producción desde el campo hasta el consumidor extranjero con estándares de calidad internacional y sistemas de trazabilidad para garantizar la calidad. Esto le permitió entrar al mercado asiático y de EEUU con carnes de alto valor agregado, convirtiéndose en un importante exportador de carnes Premium.
Lo más relevante para Argentina y Santa Fe, en particular, es la institucionalidad con la que se logró este éxito. Crearon un Instituto Nacional de Carnes, que no regula el precio de la carne ni las exportaciones, sino que es un consorcio público-privado que trabaja en la transferencia de know-how a los productores, la gestión del sistema de trazabilidad y la apertura de mercados externos.
En el 2019, el precio de la carne dentro de Uruguay se disparó un 35%. Muy alto, piénsese que la inflación en Uruguay es de un dígito. Pero no salieron corriendo a cerrar las fronteras para aumentar la oferta interna. Al contrario, salieron corriendo a abrirla para importar cortes populares desde Paraguay y Brasil y así aumentar la oferta interna. En el 2020, el precio interno de la carne en Uruguay tuvo una deflación de -4%.
Hicieron incluso hasta una diferencia en dólares porque siguieron exportando carne Premium a alto precio e importaron cortes populares a bajo precio.
Ganaron los tres: el pueblo (asado barato), la industria ganadera (exportando) y el Estado (con más divisas).
Una prueba contundente de los uruguayos de que el dilema argentino por la carne es falso.
Fuente: LP CONSULTING