11 AÑOS DE IGUALDAD. La Ley de Matrimonio Igualitario abrió las puertas a la llegada al país de parejas de turistas extranjeros que eligieron a la Argentina como destino para cumplir con esa meta.
La posibilidad de celebrar nupcias bajo el paragüas de la Ley de Matrimonio Igualitario, de cuya sanción se cumplen este jueves 11 años, abrió las puertas a la llegada al país de parejas de turistas extranjeros que eligieron a la Argentina como destino para cumplir con esa meta y transformaron a la nación en “exportadora de igualdad“, según destacaron desde distintas organizaciones.
“Muchas parejas vinieron a la Argentina a casarse y nosotres cumplimos con uno de los objetivos que tenía la Ley de Matrimonio Igualitario para la Federación y para el gobierno de aquel momento: la posibilidad de que Argentina a través de matrimonio para turistas exportara también igualdad“, dijo a Télam María Rachid, titular del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo en la Ciudad de Buenos Aires e integrante de la Comisión Directiva de la Federación Argentina LGBT (FALGBT).
En este sentido, Esteban Paulón, director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas LGBT+ e integrante de la FALGBT, precisó: “Poder viajar a un país que tiene la posibilidad de aprobar el derecho y celebrar el matrimonio ayuda muchísimo a veces a fines prácticos como es el caso de parejas que pudieron reunificar la familia a partir del matrimonio igualitario en la Argentina y en otros casos, desde una posición política, para demandar pública y judicialmente ese derecho que no se les está reconociendo“.
Desde la Federación remarcaron que el matrimonio igualitario para turistas comprende dos aspectos: “El costado obviamente afectivo, sentimental y del amor, que es súper importante y también entendemos que el matrimonio, en definitiva, implica el acceso a una cierta cantidad de derechos y a una consideración social en relación a la igualdad de derechos“.
Al respecto, Paulón afirmó: “Si tenemos este derecho que hemos conquistado y podemos compartirlo, tenemos la obligación moral de compartirlo porque hay mucha gente que la está pasando muy mal y, tal vez, esto puede salvarle la vida o permitirle vivir una vida un poco mejor“.
A su vez, advirtió que no se puede pensar en “construir una isla de igualdad donde estamos cómodos o cómodas viviendo en un país que tiene todos los derechos con dificultades obviamente, como cualquier país con temas sociales y culturales, pero con un montón de derechos y no conmovernos por aquellos lugares en los cuales personas como nosotros y nosotras la están pasando realmente mal“.
Para finalizar, destacó que la posibilidad de venir a casarse a la Argentina permitió que muchas parejas “pudieran acceder a ese reconocimiento en su propios países y que, en definitiva, pudieran vivir su vida de acuerdo con lo que sentían y con el aval del Estado“.
Se trata, planteó, de “una de las tantas formas que puede tomar la solidaridad, donde realmente es importante destacar que la Argentina, con el matrimonio igualitario para turistas, dio ese primer paso súper importante“.
Télam