Un informe de la Universidad Nacional de San Martín revela que los nuevos trabajos en relación de dependencia más que duplicaron a los nuevos monotributistas.
La creación de empleo registrado en los últimos dos años fue mayor en el sector privado que en el sector público y los nuevos trabajos en relación de dependencia más que duplicaron a los nuevos monotributistas, según el informe realizado por el centro Capacitación y Estudios sobre Trabajo y desarrollo de la Universidad de San Martín (Unsam).
“A fines de 2021 se consolidó el proceso de recuperación del mercado de trabajo. La cantidad de ocupados alcanzó los 19,9 millones en todo el país. La cifra representa un incremento de 1,6 millones de trabajadoras y trabajadores respecto del 2020”, indicó el informe difundido hoy.
Precisó que “el crecimiento de la población ocupada entre los cuartos trimestres de 2019 y 2021 se explicó por la expansión del empleo asalariado registrado (que se incrementó en 750.000 personas) y del trabajo por cuenta propia, que incorporó 230.000 nuevos ocupados”, y que “la cantidad de trabajadores creció tanto en el sector privado (+395.000) como en el público (+314.000).
Según el estudio, “el crecimiento de la actividad económica y la recuperación del mercado laboral posibilitaron una importante reducción de la pobreza”, y señaló que “la proporción de población pobre se redujo del 40,6% al 37,3% entre los segundos semestres de 2020 y 2021”.
“De todos modos, el valor es aún superior al de 2019, cuando alcanzaba al 35,5%”, indicó el informe denominado “De la recuperación de la pandemia a las urgencias preexistentes”.
Entre las urgencias, los analistas consignaron que “los ingresos continúan rezagados” y que “alrededor de la mitad de los trabajadores está inserta en ocupaciones precarias o inestables, que se caracterizan por niveles elevados de pobreza”.
Precisó que la “proporción de trabajadores pobres llega al 41% entre los cuentapropistas y al 45% entre los asalariados informales”, mientras que baja al 15% entre los asalariados registrados.
A su vez, consignaron que “el salario de los asalariados formales sólo recuperó dos de los 20 puntos de poder adquisitivo perdidos entre fines del 2017 y 2019”, por lo cual consideran que “el principal desafío de la negociación colectiva en 2022 se centra en el devenir de la puja distributiva, en un contexto de aceleración de la inflación”.
A su vez, indicaron que “aparece la posibilidad de que se incluyan en las mesas paritarias un conjunto de temas no salariales que se instalaron con fuerza durante la pandemia” tales como “salud y seguridad laboral, el teletrabajo, la equidad de género, la organización del cuidado y la transición ambiental”.
Fuente: Télam
Imágenes: Gentileza