En Europa y Estados Unidos ya es muy utilizado por sus ventajas constructivas y ambientales.
La construcción en seco es tendencia en todo el mundo y de a poco empieza a escucharse en nuestro país y si bien mucho más tímidamente porque todavía se siguen prefiriendo los materiales clásicos (ladrillos, arena o cemento) y el sistema húmedo, este novedoso y sustentable tipo de construcción tiene mucha fuerza en Estados Unidos, Alemania o Suiza.
La obra en seco es un sistema de construcción abierto, en el que los materiales no necesitan conglomerantes húmedos para el armado de estructuras.
El Steel framing es uno de sus sistemas más conocidos y el acero es el material estructural por excelencia, steel significa acero (se usa el galvanizado) y frame es marco.
Con este sistema se pueden montar todo tipo de viviendas, locales o edificios y permite aplicaciones aisladas dentro de una obra de ladrillos, como el armado de tabiques divisorios.
La construcción en seco se monta a través de estructuras de acero y encima se le agrega el resto de los materiales que sirven para aislar el frío o la humedad y luego las vistas.
Entre las principales características de este sistema se destacan los plazos de ejecución, el Instituto de la Construcción en Seco (INCOSE) calcula, por ejemplo, que una obra en steel framing puede realizarse hasta un 60% más rápido que una en ladrillos, mayormente debido a la ausencia de tiempos de fragüe y mezcla de materiales húmedos.
Además genera muy pocos descartes en obra no sólo por la ausencia de cemento, cal y arena, sino porque los elementos utilizados (por ejemplo, los perfiles de acero) pueden adquirirse en las medidas adecuadas para cada proyecto.
Por otra parte, los paneles que se utilizan tienen resistencia al fuego y protección frente a la corrosión, aportando un mayor grado de seguridad a las estructuras y al tratarse de materiales livianos, son más fáciles de acopiar y manipular, disminuyendo el riesgo de accidentes.
El ahorro energético de las instalaciones construidas en steel framing, así como la menor cantidad de agua y energía que se necesitan durante todo su proceso constructivo, hacen que las obras en este sistema tengan una huella de carbono significativamente menor que otras, lo cual las vuelve más sostenibles.
Una vivienda construida bajo esta modalidad suele ser más fresca durante el verano, y más cálida durante el invierno, logrando un ahorro energético importante.
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