Argentina tiene la presión fiscal más alta de la región cuando alguien desea adquirir un nuevo vehículo.
El 54,6% del precio promedio de un auto fabricado en la Argentina son impuestos. En el caso de los importados, que pagan otros tributos, puede llegar al 60%.
IVA (21%), Ingresos brutos (4%) e impuesto a los créditos y débitos, tasas municipales o provinciales, gastos de patentamiento, son algunos de los costos que el comprador de un vehículo nuevo debe afrontar antes de salir del concesionario.
El número no solo es alto, sino que está muy por encima de lo que pasa en la región. Brasil (30%), Estados Unidos (7,5%). Lo mismo si se comparan los números con países de Europa y Asia: España (17%), Francia (16%), Alemania (16%), Japón (9,9%).
PROYECTO EN SANTA FE. En la semana donde la planta de General Motors ubicada en la localidad santafesina de Alvear confirmó que cerrará su producción por un mes por la crisis del sector, el diputado provincial de Cambiemos, Federico Angelini, instó al gobierno de la provincia de Santa Fe a “eliminar transitoriamente el cobro del impuesto de sellos en todos los patentamientos que se realicen durante seis meses” siguientes a la puesta en vigencia de la medida.
De esta manera pide replicar a nivel provincial lo implementado en la ciudad y provincia de Buenos Aires, aunque extendiéndose inicialmente a medio año.
En tal sentido, en el proyecto impulsado por el legislador se plantea “suspender por el plazo de seis meses a contar desde el primer día hábil del mes siguiente a la aprobación de la presente todo gravamen provincial que pese sobre la inscripción inicial de automotores, motovehículos y maquinaria agrícola, vial e industrial conforme los términos en que estas son definidos en la normativa nacional y según los márgenes de competencia de los Registros Seccionales dependientes de la Dirección Nacional de la Propiedad Automotor y Créditos Prendarios”.
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