Los especialistas del diseño modifican los espacios laborares tras los cambios de paradigmas que trajo aparejado el aislamiento social.
La pandemia dejó muchas enseñanzas, especialmente la de adaptarse a los cambios; por ejemplo, quedó comprobado que trabajar desde casa puede ser una modalidad complemente viable y beneficiosa para empresas y colaboradores, siempre que existan las condiciones adecuadas y las tecnologías necesarias.
Las primeras conclusiones respecto al año de teletrabajo en pandemia son más alentadoras de lo que se pensaba. En muchos mercados, los trabajadores y las compañías se comenzaron a plantear el trabajo remoto como una modalidad definitiva y permanente.
Se están creando nuevas tendencias habitacionales y de movilidad, ya que las personas, al no estar atadas a una rutina que las haga viajar hasta las oficinas todos los días, se están animando a vivir en otras áreas geográficas más alejadas de los centros productivos.
Sin dudas es un proceso muy nuevo y lento que, aunque aún no se pueda percibir, traerá cambios de hábitos impensables hace poco tiempo atrás.
Las oficinas, tal y como se conocen hoy, comienzan a perder la funcionalidad con la que fueron originalmente creadas. Ahora las personas trabajan más tiempo en sus casas que en las empresas, por lo tanto, éstas últimas pasaron a ser espacios más transitorios.
El contexto actual exige pensar en una rearquitectura de los espacios laborales y como menciona Enrique Dans, profesor de Innovación en la IE Business School, en un artículo de la Revista Forbes: “las oficinas del futuro no serán sitios en los que un trabajador, como tal se sienta a trabajar, porque esa idea de trabajar con un cierto nivel de concentración se llevará a cabo en casa”.
Entonces, las oficinas se convertirán en lugares de intercambio, de relación, de vínculos sociales. Uno podrá sentarse a trabajar un rato, pero sin apropiarse del espacio como antes, es decir, sin dejar las fotos de la familia, del perro, o elementos personales.
Las oficinas del futuro (no tan lejano) ofrecerán espacios para reuniones de todo tipo y formato, aulas para recibir o dar conferencias presenciales y a distancias, un ambiente especial para invitar a clientes, etc.
El momento de rediseñar las oficinas es ahora, cuando las personas aún están trabajando en sus casas o tienen todavía frescos los cambios que tuvieron que transitar o las condiciones en las que trabajaron durante el aislamiento.
Esto también les da la posibilidad a ellas de replantearse sus propios hábitos y encontrar maneras de seguir adaptándose a las nuevas formas de trabajo, ya sea reacondicionando su casa o incluso, mudándose a otras zonas de las ciudades.
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