Lo cierto es que si no hacen algo distinto, el aparente camino es la prisión perpetua para todos.
Esta semana pasaron las cinco primeras audiencias por el crimen de Fernando Báez Sosa y dejaron varias certezas pero algunas dudas cruciales. Como principal, quedó comprobado que a la víctima la golpearon a traición entre más de cuatro sospechosos hasta matarlo. Hasta ahora, ninguno de los acusados mostró remordimiento por el hecho.
Por otro lado, aparecen preguntas relacionadas a la estrategia de defensa de los acusados que, a esta altura, sorprenden con fuerza. La defensa es encabezada por el doctor Hugo Tomei, asistido por Emilia Pertossi, familiar de tres de los imputados.
Lo cierto es que si no hacen algo distinto, el aparente camino es la prisión perpetua para todos.
Tal como se pudo escuchar en los lineamientos de la fiscalía, encabezada por Juan Manuel D’Avila, la acusación es la de homicidio agravado por concurso premeditado de dos o mas personas y por alevosía. Esa calificación cabe para los ocho y prevé una reclusión perpetua. La primera semana del debate solo se vivieron reveses para los imputados, no hubo ni un testigo que les abriera un panorama alentador
De los testimonios que pasaron por Dolores, sobre todo de los testigos presenciales, surge que nombran cinco rugbiers como los que golpearon efectivamente a Fernando. Al resto, los ubican haciendo la “muralla humana” para que nadie pueda socorrerlo o golpeando a algún amigo de la víctima.
No es lógico que ninguno levante la mano y pida hablar. Al menos para intentar despegarse. Con eso podrían aspirar, al menos, a recibir una pena de 10 o 15 años que no es lo mismo que una perpetua. Sin embargo, están todos callados con el mismo abogado y la misma estrategia.
En este marco, todo parece indicar que, por el momento, la estrategia se mantendrá como hasta ahora. Eso quiere decir que no cambiarán de abogado ni se diferenciarán en cuanto a las defensas de uno y otro. Seguirán todos juntos, en bloque.
Mientras tanto, los rugbiers todavía se aferran a la cuestión de las nulidades. El abogado Hugo Tomei, en la primera jornada, planteó una serie de cuestiones referidas a supuestos errores durante la investigación con el propósito de hacer caer el juicio. Se las rechazaron como ya había sucedido antes. Sin embargo, el letrado se reservó el recurso de Casación par apelar. A eso hay que sumarle un habeas corpus que la defensa tiene presentado hace dos años en la Corte Suprema de Justicia. En caso de que no prospere, aseguran que recurrirán a organismos internacionales de derechos humanos.