Impulso

El índice de precios al consumidor estableció para el mes de julio un 3 % y avanza a un ritmo similar al mes pasado, en los siete meses del año 2021 la suba de precios acumulo un 29,1%. De esta manera el Índice de Inflación interanual a julio se ubica en un 51,8%, donde la inflación núcleo es de un 55,4%, siendo este indicador preocupante debido a que mide los precios de la canasta básica alimentaria entre otros índices. El índice de los precios regulados (servicios públicos, combustibles, prepagas) fue del 27,1% interanual al mes julio del 2021.

Los precios de los productos y/o servicios que más aumentaron en el mes fueron los correspondientes a “Restaurantes y hoteles” con un 4,8%, mostrando claramente que esta actividad luego de menos restricciones sanitarias ha comenzado a moverse y tener actividad económica activa, por lo cual los precios comienzan a subir producto de ese movimiento.

El incremento del rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” fue de un 3,4% mensual, estando por encima del índice nivel general del 3,0%.

Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC

La política del Gobierno sigue siendo la misma, entendiendo que con el ancla al tipo de cambio oficial (devaluando menos que el incremento de precios), congelamiento de tarifas públicas, súper cepo cambiario y programa de controles de precios puede combatir la suba de precios, pero los datos de la realidad le están mostrando resultados poco favorables. Si bien es cierto que el índice de inflación mensual ya no se encuentra como otros meses cerca del 4 %, tampoco muestra un descenso importante, lo que significa que el salario sigue mostrando una pérdida real versus la inflación, y lo más preocupante es que mientras se demore aún más las reformas estructurales para solucionar el problema, la inflación continuara haciendo su trabajo perjudicando el andar de la economía real.

Claramente Argentina ya se encuentra desde hace varios años en un proceso inflacionario muy acentuado, debemos entender que inflaciones superiores al 30 % anual son muy perjudiciales para cualquier economía, donde el deterioro de los salarios reales y el no crecimiento de la economía se traducen en  los índices de pobreza e indigencia que se observan en la actualidad.

La inflación ha registrado un aumento en varios países de la región que comienzan a tener una normalización de su economía.

En el caso de Argentina volvió a registrar el aumento más importante en la “inflación regional”, solo superado por la hiperinflación de Venezuela.

Es imperiosa la necesidad de comenzar a implementar políticas activas para combatir este flagelo que impacta directamente en el bolsillo de los trabajadores (asalariados formales e informales), entre las cuales podemos citar:

• Realizar un ordenamiento del Estado, principalmente en la administración de sus cuentas fiscales teniendo equilibrio presupuestario en forma permanente,
• Lograr un arreglo estructurado de largo plazo con el FMI,
• Lanzar un plan económico de crecimiento sostenible en el tiempo, implementando las reformas impositivas y laborales adecuadas a la nueva realidad económica y social de nuestro país,
• Fomentar con los sectores agro-industriales programas de incentivos para nuestras exportaciones.

En resumen, implementar medidas que permitan generar un clima de credibilidad para atraer inversiones productivas que permitan la creación de empresas con el consecuente aumento del empleo formal que reconstruya el tejido social para comenzar a bajar la pobreza e indigencia que tanto daño hace a nuestro país.

Es importante destacar que para solucionar el problema de la inflación lleva su tiempo y es un proceso de largo plazo, pero el Gobierno debiera ya comenzar con ese proceso para lograr el objetivo de poder bajar el índice de inflación y que no siga haciendo daño en los sectores más desprotegidos de nuestra economía.

Fuente: LP CONSULTING