El 56% de los argentinos trabajó de forma remota por primera vez durante la cuarentena. ¿Qué herramientas y prácticas hacen que la experiencia laboral sea positiva y productiva?
Para más de la mitad del país, trabajar en modalidad “home office” es una experiencia totalmente novedosa: el 56% de los argentinos nunca había trabajado de esta manera antes del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el Gobierno Nacional en el marco del COVID-19.
Así lo indica un reciente estudio de Adecco, que también revela que el 25% de los encuestados preferiría trabajar de esta manera siempre.
Esta nueva dinámica laboral exige modificar conductas y adoptar nuevos hábitos para poder cumplir las diversas tareas con eficiencia y productividad, sin que esto afecte el bienestar físico ni mental del trabajador/a.
En general, los hogares no están acondicionados debidamente para llevar adelante una rutina laboral de 8 o 9 horas. La falta de escritorios y sillas ergonómicas pueden convertir a la cocina o la habitación, y en algunos casos hasta la cama, en una oficina improvisada.
Por eso, generar un buen espacio de trabajo respetado por todos los miembros del hogar es clave para la creación de una nueva rutina de trabajo agradable y productiva.
Una mala postura, producto de una posición incorrecta de la espalda o el cuello para trabajar, pueden provocar problemas y dolores a corto y largo plazo. Para ello, los fisioterapeutas recomiendan utilizar sillas con respaldo sobre todo en la zona lumbar, para preservar la curvatura natural de la espalda, y a su vez poner la computadora a la altura de la vista para evitar una mala posición del cuello.
Una de las indicaciones más importantes para atravesar largas jornadas laborales dentro de casa es levantarse a menudo de la silla en la que se trabaja para evitar las sobrecargas en las articulaciones. La regla de oro en este caso es administrar pausas de entre cinco y diez minutos cada 40 o 50 minutos de home office.
Otra práctica muy recomendable durante épocas de home office es la de mantener la rutina matutina de un día normal de oficina, inclusive el vestirse como se hace habitualmente.
Esto permitirá simular un clima de oficina productivo favorable para la concentración y hará evitar distracciones.
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