“Hay empresas estatales en prácticamente todos los países”, indicó el organismo multilateral.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló que, “en la última década, la importancia de las empresas estatales se ha duplicado entre las mayores compañías del mundo” y destacó su aporte a la economía, aunque advirtió sobre las distorsiones que suele provocar su funcionamiento.
El valor de los activos de esas empresas públicas es de US$ 45 billones, es decir, un 20% del total, precisó el FMI al analizar la tendencia en su último “Monitor Fiscal”.
“Hay empresas estatales en prácticamente todos los países, y en Alemania, Italia y Rusia, por ejemplo, ascienden a miles”, ilustró el Fondo.
Explicó que el crecimiento reciente de estas empresas en el ámbito mundial “se debe principalmente al auge de la economía de China, donde las empresas estatales conservan su papel protagónico, y de otras economías de mercados emergentes”.
Por lo general, señaló el relevamiento, las empresas estatales proporcionan servicios básicos, como agua potable y transporte para la población, y la electricidad necesaria para las actividades cotidianas.
“Las empresas estatales como los bancos públicos también son importantes fuentes de préstamos para familias, agricultores y pequeñas empresas, particularmente en los mercados emergentes”, agregó el estudio del FMI.
El Fondo alertó que, “a veces, las empresas estatales presentan problemas graves, que pueden contribuir a desaceleraciones o recesiones económicas”, o hacen necesarios “cuantiosos rescates por parte del gobierno (entre los países del Grupo de los Veinte, Brasil y Sudáfrica son ejemplos recientes)”.
En ese sentido, recomendó evaluar cómo se puede garantizar que el valor que aportan las empresas estatales compense el dinero de los contribuyentes, y qué políticas cabe adoptar para que compitan en igualdad de condiciones con las empresas privadas.
Un reparo del FMI sobre estas compañías alude a su “desempeño débil, en términos generales”, ya que, “a partir de una muestra de aproximadamente un millón de empresas en 109 países, en este capítulo se llega a la conclusión de que las empresas estatales son, en promedio, un tercio menos productivas que las privadas”.
Esas estatales, además, muchas veces “no cumplen su cometido cabalmente” en países en desarrollo, ya que “no pueden cobrar precios suficientes para cubrir sus costos y pagar por la expansión de la infraestructura necesaria”.
Por otra parte, consideró el FMI, “muchas de estas empresas sufren las consecuencias de la corrupción, como destino y fuente de sobornos, a escala tanto nacional como internacional”, mientras el respaldo del gobierno puede dar lugar a que las estatales gocen de ventajas competitivas injustas frente a las privadas.
Télam