En una nación que estaba acostumbrada a que los precios no varíen demasiado, durante el mes de junio la inflación subió un 1,3%.
Estados Unidos continúa con los problemas económicos que se iniciaron durante la pandemia provocada por el coronavirus. Uno de los máximos detonantes fue el aumento en el costo de los combustibles, lo que llevó a que en las últimas horas el país norteamericano registre una inflación cercana al 10% interanual.
En una nación que estaba acostumbrada a que los precios no varíen demasiado, durante el mes de junio el índice que marca los costos de los productos subió un 1,3%. La disparada impactó de lleno en los bolsillos de la población estadounidense, lo que generó un gran enojo entre los habitantes.
En su última reunión del 15 de junio la FED aumentó la tasa de interés 0,75% a un rango entre 1,5% y 1,75%, en lo que resultó la suba más fuerte de los últimos 30 años. Fue el tercer ajuste que realizó el organismo a cargo Jerome Powell en 2022.
Tras ese debate la FED confirmó un sendero de crecimiento de tasa de referencia hasta llegar a 3,4% a fin de año, y vio como “muy posible” un nuevo ajuste de 0,75% en julio. “El comité está fuertemente comprometido con el objetivo de devolver la inflación al 2 %”, indicó el banco central estadounidense en ocasión de la agresiva política adoptada el mes pasado.