Argentina, China e Irán son los países en los que se registró una mayor caída en la actividad. A nivel nacional se proyecta que el 30 por ciento del sector podría desaparecer al terminar la crisis.
Un informe publicado por la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU, por sus siglas en inglés) indicó que la industria del transporte es uno de los sectores más golpeado por el COVID-19 debido a las fuertes restricciones en la circulación, las rupturas en las cadenas de suministros y la desaceleración de la economía en general. Además, Argentina es uno de los países más afectados a nivel mundial.
El relevamiento realizado por la IRU en 78 grandes economías, asegura que en dicho contexto se vieron afectadas gravemente las finanzas de los operadores de transporte, incluidos los ingresos y el flujo de efectivo, lo que ha llevado a numerosas empresas a la quiebra. Al mismo tiempo, alerta que dado que el transporte por ruta es un motor fundamental de toda la actividad económica y social, la recuperación general de la economía en países de todo el mundo está en peligro. De hecho, se prevé que solo las pérdidas en el transporte de cargas a nivel mundial superarán los 550.000 millones de euros, con un descenso del 18% en el volumen operado anualmente.
Entre las regiones más afectadas que la IRU destaca en su informe se encontrarán Medio Oriente y el Norte de África, con un descenso estimado en la actividad del -22 por ciento (20.000 millones de euros menos); Asia y el Pacífico, con una merma de la actividad de -21 por ciento (338.000 millones de euros menos); y América del Sur con una descenso del -20 por ciento de la actividad (29.000 millones de euros menos).
LOS PAÍSES MÁS AFECTADOS
El dato destacado es que, de entre las 78 economías relevadas, Argentina integra el grupo de tres países, junto con China e Irán, con el impacto de caída más profundo en la actividad, en todos los casos con descensos mayores al 30 por ciento.
Desde la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) aseguran que “la situación en el mundo es crítica, pero en Argentina es desesperante. A pesar de ser esenciales, la actividad por momentos cayó hasta un 70 por ciento, y si bien ahora la caída ronda alrededor de un 30 por ciento, nosotros proyectamos que además, al finalizar esta crisis, entre un 25 y 30 por ciento del sector podría desaparecer”.
Según un relevamiento realizado por FADEEAC durante el mes de mayo, para tomar como referencia del impacto que tuvo la pandemia en el sector y en Argentina, de los 15 grandes rubros en los que se puede agrupar el transporte de cargas, 11 tuvieron caídas por arriba del 70 por ciento (Petróleo, -100 por ciento; Industria Automotriz, -100 por ciento; Pinturas, tintes y afines; -100 por ciento; Trasporte siderúrgico, -97 por ciento; Electrodomésticos y electrónica; -95 por ciento; Materiales de construcción, – 90 por ciento; Insumos para la construcción, -90 por ciento; Insumos de industria petrolera, -80 por ciento; Cargas Generales con depósito, -80 por ciento; Traslado de combustible, -73 por ciento; Combustible, -73 por ciento), 2 rubros tuvieron caídas por arriba del 40 por ciento (Mercancías peligrosas y químicos, -55 por ciento; Alimentos, -40 por ciento) y 1 menor a 30 por ciento (Animales vivos, -20 por ciento). El único rubro que no mostró caída fue el de la producción agropecuaria que se mantuvo estable.
El crítico contexto por el que está atravesando la actividad del Transporte de Cargas se corresponde con la situación económica en general: mientras el último estimador de actividad del Indec registró una caída del 17.5 por ciento en abril respecto a marzo y de 11 por ciento en el primer cuatrimestre -incidiendo fuertemente la construcción, la industria manufacturera y el comercio-, la capacidad instalada de la industria opera con un 46 por ciento a mínimos históricos.
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