Una fundación desarrolló un esquema de trabajo para que estas prestaciones terapéuticas vuelvan a implementarse en los centros de día y demás instituciones.
Desde el inicio de la cuarentena, en marzo pasado, cientos de miles de personas con discapacidad en todo el país experimentan la interrupción de sus tratamientos presenciales, debido a las restricciones impuestas por el aislamiento dispuesto por las autoridades a causa de la pandemia del coronavirus.
Debido a esta situación, el diputado nacional Juan Martín, de Juntos por el Cambio, solicitó mediante un proyecto de declaración en el Congreso que la Agencia Nacional de Discapacidad y el Ministerio de Salud de la Nación elaboren en forma conjunta el protocolo de reapertura ordenada y paulatina de las prestaciones presenciales en centros de día e instituciones afines.
Y a su vez elevó a estos organismos un protocolo confeccionado de manera conjunta con la Fundación Matilde Bagli, que preside Juan Manuel Bagli, que se ofrece como modelo sugerido para que la iniciativa se concrete.
LAS MEDIDAS PROPUESTAS
El modelo de trabajo presentado por el legislador junto a la fundación que preside Juan Manuel Bagli incluye un minucioso esquema con todas las medidas necesarias para evitar contagios de Covid-19.
Estas pautas determinan recomendaciones generales preventivas para trabajadores y pacientes; capacitación a todo el personal; cómo deben realizarse los traslados hacia y desde los espacios para personal y pacientes; qué controles implementar con proveedores y contratistas; las maneras más efectivas para la limpieza y desinfección de los lugares en general, las aulas y consultorios; la gestión de residuos; qué hacer frente a un caso sospechoso o confirmado de coronavirus; y una serie de puntos cuyo estricto cumplimiento asegurarán las prestaciones.
Para Martín y la fundación “con la incorporación a la nueva normalidad, las medidas que se establezcan deben basarse en la prudencia, primar la garantía de seguridad para todas las personas y la minimización de los riesgos. Esta situación también debe convivir y equilibrarse con la respuesta rápida a las personas con discapacidad y sus familias”
“Tras este largo período de confinamiento y aislamiento, este plan de transición debe ser gradual, asimétrico, y adaptable a los cambios de orientación necesarios en función a la evolución”, sentenciaron.