En el Día del Animal, IMPULSO te trae algunas recomendaciones para cuidar a las mascotas. Porque lo que comen los humanos, incluso en pequeñas cantidades, podrían ser letales para ellos.
Los perros tienden a pedir todo tipo de alimentos que ven, pero depende de sus dueños y dueñas saber cómo y cuándo decir que no. Y la razón es muy simple: la comida de los humanos es mala y a veces puede ser fatal para los animales.
Según especialistas, los propietarios tienden a dar ‘solo un poquito’ de lo que están comiendo a los animales, pero incluso pequeñas cantidades pueden ser dañinas, causando síntomas como “vómitos, diarrea y otros problemas como hematuria (presencia excesiva de glóbulos rojos en el orina) y ataxia (trastorno neurológico que afecta la coordinación de movimientos) “debido a la toxicidad a la que se dirige su organismo” manifiestan.
Por ejemplo alimentos que pueden producir esto son las cebollas y el ajo crudo. Según Fox News, estos dos alimentos pueden incluso ser muy beneficiosos para la salud humana, pero para los perros pueden significar una posible intoxicación causada por el daño oxidativo de los glóbulos rojos. Entre las señales de advertencia se encuentran diarrea, vómitos, babeo excesivo y sangre en la orina.
Aunque es común en muchas familias, dar huesos a los perros también es un peligro, porque cuando se roen, los huesos se rompen y pueden perforar los órganos.
Jamón, pollo o carne roja debe evitarse tanto como sea posible. Según expertos, este tipo de alimentos, en particular el pollo, puede causar diarrea en el animal.
Entre las frutas las uvas y las ciruelas tampoco son alimentos recomendados.
¿Y el chocolate? Esto está totalmente prohibido. Es extremadamente tóxico, provoca cambios neurológicos graves, vómitos e incluso puede matar al animal. Por supuesto, existen diversos grados de tolerancia, cada caso es diferente y un perro o gato puede tener un nivel de tolerancia diferente, pero sus dueños y dueñas no lo sabe.
En cuanto a otros tipos de dulces, también es mejor evitarlos, ya que los altos niveles de azúcar presentes en la composición de estos productos pueden causar hiperactividad y problemas estomacales en los animales.
Los productos a base de leche, como el helado, tampoco deberían formar parte de la dieta del animal, ya que los perros también pueden ser intolerantes a la lactosa, advierten médicos veterinarios.