La nueva película del director y productor de Piratas del Caribe, y con Johnny Depp como protagonista es una propuesta visualmente atractiva, pero con una narrativa falta de sabores y una duración excesiva
Cuando uno sabe que verá una película producida por Jerry Bruckheimer, ya tiene asegurado que más allá del guión, uno no saldrá decepcionado desde lo visual.
Nacido en Detroit en 1943, este productor fue el responsable de incontables títulos taquilleros, como la saga de "Piratas del Caribe", "Armaggedon", "La Roca", "Pearl Harbor" y "Top Gun", sólo por nombrar algunos.
En este regreso de "El Llanero Solitario" al cine, Bruckheimer nuevamente no decepciona en su trabajo. Los 250 millones de dólares invertidos (215 en producción más la diferencia en marketing) en el film se lucen en todo momento.
Gore Verbinski, el director, también demostró en sus trabajos anteriores buenos resultados. Su último film había sido la animación "Rango", y, estuvo detrás de cámaras de "Piratas del Caribe".
Aprovechando los increíbles paisajes naturales de Nuevo México, Colorado, Utah y Texas, entre ellos el Valle de los Monumentos (Monument Valley) ubicado dentro de la reserva de los nativos navajo, famoso por sus particulares formaciones rocosas, sus vívidas tonalidades de rojos se combinan con el color del óxido de hierro y piedras en grises azulados, en un despliegue visual con incontables tomas aéreas y amplios planos, que transportan al espectador no sólo al Lejano Oeste sino también a una suerte de viaje turístico.
Verbinski y el director de fotografía, Bojan Bazelli, fueron extremadamente prolijos en la composición, con la excepción de dos breves escenas que resultan muy pobres (y hasta bochornosas) en su resolución, teniendo en cuenta el esfuerzo que se puso en toda la película.
Sin embargo, a pesar de los millones de dólares de inversión y el trabajo visual, los 149 minutos de la película se vuelven innecesarios y confusos. De hecho, cuesta pensar que estamos detrás de un título con el sello Disney, debido a varios momentos de extrema violencia, que van desde quitarle el corazón a uno de los Rangers hasta masacrar a una tribu.
El film tiene una abundancia de escenas de lento desarrollo, "decoradas" con gran cantidad de efectos Lens Flare que parecen salidas del manuel de estilo de J.J. Abrams, con otras pocas que generan cierta sonrisa y algunas de tono infantil.
Johnny Depp protagoniza a Toro, y aunque el film tiene la impronta de un western, uno no puede quitarse la imagen de Depp como Jack Sparrow en "Piratas del Caribe".
Armie Hammer, como El Llanero Solitario (John Reid) hace un buen desempeño, aunque le faltó que el director le diera el protagonismo necesario para hacer honor al título de la película.
El resultado final es una propuesta visualmente atractiva, pero con una narrativa falta de sabores y una duración excesiva que no sólo no contribuyó en nada, sino que, por el contrario, restó varios puntos.
Norberto Sica es director editorial de IMPULSONEGOCIOS
Imágenes: Buena Vista