La incesante inflación y la caída de la recaudación alimentan el déficit de las cuentas provinciales. Claves para una transición ordenada.
El gobierno de la provincia de Córdoba anunció que no cumplirá más con la cláusula gatillo de actualización salarial.
La decisión del gobernador Juan Schiaretti establece que agosto será el último mes con salarios acomodados a la inflación.
Para la provincia de Córdoba, la cláusula gatillo significó gastar en solo seis meses casi todo el dinero previsto para el aumento de este año: ya se usó el 87% de lo presupuestado para ajustar los salarios al ritmo de la inflación.
Por el aumento de precios y la caída de la actividad económica, los Estados también recaudan menos recursos para afrontar sus compromisos y pone en jaque a las cuentas provinciales.
EN SANTA FE. Las provincias de Córdoba y Santa Fe fueron las primeras de Argentina en implementar la cláusula gatillo en la política salarial de sus trabajadores, aun cuando el gobierno nacional lo desaconsejaba.
En Santa Fe, la transición entre el gobierno del socialista Miguel Lifschitz y la asunción del peronista Omar Perotti genera discusiones por el estado de las cuentas públicas.
Mientras el gobierno asegura que la cláusula gatillo seguirá, el gobierno entrante pone la mirada en déficit.
El peronismo santafesino recordó que el presupuesto de 2018 cerró con un superávit de 3.000 millones y asegura que en 2019 hay un déficit progresivo.
El rojo en mayo fue de 8.000 millones y en junio rondará los 10.000 millones. En 2018, con una inflación del 45 por ciento, Santa Fe tuvo que destinar 3 mil millones de pesos extra para el pago de salarios.
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