Es moda en Argentina. Es igual de nocivo que el cigarrillo común y produce los mismos daños en las personas que no fuman pero que aspiran el aire en lugares cerrados.
El Concejo Municipal de Rosario retomó el proyecto del edil Aldo Poy que busca prohibir la venta y consumo del cigarrillo electrónico en todos los ámbitos públicos de la ciudad, al considerar que provoca los mismos daños que el común.
Mientras en la ciudad Autónoma de Buenos Aires se conoció una iniciativa que pretende prohibir su consumo en lugares públicos como bares, shoppings y cines, el concejal Poy pidió que se trate el proyecto presentado en Rosario en 2016.
Sin embargo, El concejal Carlos Cardozo (Cambiemos) recordó que el cigarrillo electrónico está prohibido en toda la República Argentina por resolución de ANMAT.
“No es necesaria ninguna ordenanza para regular su uso en la ciudad de Rosario porque ya está inhabilitado en todo el país. Lo que debe hacer la Municipalidad de Rosario es controlar y sancionar”, dijo el edil.
El consumo de cigarrillos electrónicos afecta al corazón y no es una alternativa más saludable a los tradicionales.
Según la Asociación Americana del Corazón (AHA) el uso de los electrónicos se asocia a una disfunción vascular. Los productos químicos que tienen estos dispositivos producen daños y alteraciones en venas y arterias, aumentando el riesgo cardiovascular.
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