La regatista rosarina habló con IMPULSO y analizó la postergación de los Juegos Olímpicos por el coronavirus. El show y el deporte, los desafíos pospuestos y su día a día en cuarentena, los principales ejes de una charla amplia y profunda.
Lejos del sonido del agua y de la destreza que implica la práctica de un deporte olímpico, la regatista Cecilia Carranza Saroli vive la cuarentena como una ciudadana más, aunque con cuidados atléticos especiales.
En una charla profunda, la rosarina que abrazó el cielo y conoció la gloria en su estado máximo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, en el que obtuvo la Medalla Dorada junto a su compañero Santiago Lange, analiza la postergación de Tokio 2020 y el sacudón que el coronavirus le dio al planeta en general y al deporte el particular y expresa con sinceridad: “En el mundo del deporte tenemos esa sensación de que nos creemos invencibles”
IN: ¿Dónde estabas cuando comenzó la crisis mundial por el coronavirus?
Cecilia Carranza Saroli: Cuando se empezó a hablar de todo esto estaba en Australia, en enero. Después, en la situación más crítica de la pandemia me encontraba en España. Viajé para allá el 9 de marzo y a los pocos días comenzaron a suspender la competencia (NdR: World Cup-Trofeo S.A.R Princesa Sofia)
IN: ¿Cómo te afecta el parate?
CCS: Llegué a la Argentina el 14 de marzo, y por suerte pude darme cuenta de que el país se iba a parar porque venía de España y había visto las medidas que se habían tomado allá. Desde que llegué empecé a trabajar muy fuerte para conseguir todo el material necesario para mantener mi estado atlético. Por suerte estoy muy bien preparada, tengo todo en mi casa. De todas maneras es diferente a lo habitual, no es lo mismo que ir a entrenar al Cenard (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) con el preparador físico al lado.
IN: ¿Qué impacto psicológico te genera esta coyuntura y la suspensión de los Juegos de Tokio 2020?
CCS: Desde lo psicológico creo que depende de cada uno. Te cambia en muchas cosas. Nosotros hasta que se confirmó la postergación de los Juegos Olímpicos estábamos muy ansiosos y estresados porque no estábamos pudiendo hacer nuestra preparación técnica en el agua, solo preparábamos la parte física en casa. Eso te afecta y es complejo, pero los deportistas estamos preparados para enfrentar este tipo de situaciones. Además, es parte de nuestro trabajo salir fortalecidos de situaciones como estas, enfrentar adversidades de este tipo y sacar lo mejor de cada uno.
Desde su residencia en Buenos Aires, mientras cumple “religiosamente” con la cuarentena, Carranza Saroli habla de las consecuencias de la postergación de Tokio 2020 y, con una mano en el corazón, se distancia de los flashes y del show para pensar y repensar la exposición de los deportistas en tiempos donde la pandemia, de a ratos, aplaca las exigencias del circo exterior.
IN: ¿Estás de acuerdo con la postergación de los Juegos Olímpicos?
CCS: Estoy de acuerdo con la decisión, era lógica. Pienso que era la crónica de una muerte anunciada. Pero también entiendo que el Comité Olímpico Internacional se haya tomado su tiempo porque es una situación muy compleja, tanto para ellos como para el Comité Organizador. No es fácil postergar los Juegos Olímpicos. Todavía les queda mucho trabajo por delante. Yo deseo que logren tomar la mejor decisión para todas las personas involucradas.
Además, las consecuencias que genera la postergación dependen de cada deportista. Cada uno tiene su historia y su particularidad: algunos estarán contentos y otros no. Quizá algunos pensaban en su retiro en Tokio y el hecho de tener que entrenar un año más les pesa muchísimo.
IN: ¿En qué momento de tu carrera llegabas a la competencia?
CCS: En un momento muy lindo de mi carrera deportiva, con una experiencia interesante que me generaba mucha responsabilidad. Eso me entusiasmaba mucho. Tenía objetivos como ganar una medalla, trabajando muy fuerte para ello. A esta altura no sabíamos si íbamos a tener chances de lograr éxitos porque faltaba mucha preparación, pero nuestro objetivo era trabajar muy duro para llegar con chances de triunfar.
IN: ¿Cómo evaluás la exposición de los deportistas en estas situaciones?
CCS: Es complejo el tema de la exposición de los deportistas. Muchas veces quedan expuestos porque hay un circo muy importante armado alrededor del deporte. Aparte, está instalado el concepto de que hay que seguir. “No mather where” (no importa dónde), “the show must go on” (el show debe continuar). En el mundo del deporte tenemos esa sensación de que nos creemos invencibles, y de repente aparece una pandemia mundial y ya no hay más héroes ni heroínas. De repente un bichito nos puede matar poco a poco.
Por otra parte, muchos deportistas estábamos en el plan de seguir, hasta que vimos que había colegas con coronavirus. Ahí pensás “a mí también me puede pasar” y parás. Aunque a veces no depende de uno parar, depende del deporte. En tanto, en el caso del fútbol, que fue el qué más debate generó, creo que estuvo buenísimo que muchos futbolistas hayan dicho que no querían jugar.
IN: ¿Qué opinás sobre parar y cómo lo decidiste en tu caso personal?
CCS: La realidad es que somos seres humanos y cada uno tiene su opinión, y hay que respetar. Pero bueno, en el medio hay intereses y que los deportistas puedan pelear por su integridad por encima de esos intereses está buenísimo. Al principio nadie quiere parar. Los deportistas nunca quieren parar. A mí me pasó cuando estaba en España, y de repente dijimos “nos tenemos que cuidar”. Yo fui al gimnasio y Santiago Lange, mi compañero, me retó, me dijo que nos podía pasar a nosotros también. Y cuando te das cuenta de que te puede pasar, te deja de importar todo. Deja de importar el circo, la competencia, los objetivos. Te das cuenta de que la situación es grave. Lo que importa hoy es el bien común.
Con la misma seriedad y responsabilidad con la que se desempeña en su disciplina, la primer campeona olímpica rosarina reflexiona sobre el momento que atraviesa el mundo. Y, fiel a su estilo y a sus cualidades deportivas, intenta extraer de la crisis algo más que desazón y lágrimas.
IN: ¿Qué reflexión hacés sobre lo que pasa en el mundo?
CCS: Todos estos días estuve pensando que son momentos complejos, donde tienen que primar la solidaridad, el sentido común, la unión. Espero que sea un precedente en el mundo y particularmente en nuestro país, donde sufrimos muchos problemas y dificultades desde hace años. Si lo que pasa hoy sirve para unir, tenemos el pequeño punto positivo que nos dejará el coronavirus. Lógicamente deseamos que no haya existido, pero como muchísimas adversidades en la vida, llegan sin que uno las elija. Nos tocó, está, y tenemos que ver qué podemos sacar de bueno de esto.
A su vez pienso que es un momento en el que cada uno puede aportar para ayudar al que tiene al lado, a las personas que han quedado desamparadas. Cada uno que pueda, que aporte desde lo suyo. Lo que está sucediendo es muy triste, ojalá podamos salir adelante pronto.
Imágenes: Matías Capizzano