Boris Johnson pasó la moción de censura pero su gobierno quedó debilitado

Por Impulso

El primer ministro británico, Boris Johnson, sobrevivió a la moción de censura de su partido y seguirá al frente del gobierno.

El primer ministro británico, Boris Johnson, sobrevivió a la moción de censura de su partido y seguirá al frente del gobierno. 148 de los 359 diputados conservadores votaron contra el primer ministro, que obtuvo 211 apoyos, aunque todo indica que su liderazgo se vio debilitado tras el PartyGate.

Esto “nos permite como gobierno pasar a otra cosa y centrarnos en lo que realmente importa”, dijo el primer ministro. Hace meses que Johnson es señalado por el escándalo de las fiestas celebradas en Downing Street durante los confinamientos por el Covid-19, situación que indignó a sus filas conservadoras.

Por este hecho, conocido como “partygate”, –del que durante un tiempo parecía haberse salvado debido a la centralidad que tomó la guerra en Ucrania– el controvertido líder británico se enfrentó al veredicto de los diputados de su mayoría.

Al menos 54 de los legisladores habían pedido un voto de confianza interno, que no se activó hasta el lunes, una vez finalizado el “jubileo de platino”, los cuatro días de grandes celebraciones por los 70 años de reinado de Isabel II.

Ante esto, Johnson aseguró ante la prensa que es un “resultado convincente, un resultado decisivo” que “nos permite como gobierno pasar a otra cosa y centrarnos en lo que realmente importa”, dijo el primer ministro, de 57 años, ante una cámara de televisión.

“Por supuesto, entiendo que lo que tenemos que hacer ahora es unirnos como gobierno, como partido. Y eso es exactamente lo que podemos hacer ahora”, agregó.

Johnson quedó debilitado

Ahora, el partido no podrá intentar otro voto de confianza contra él durante un año. Sin embargo, el alto número de diputados que se expresaron en su contra, opinan los especialistas, lo deja muy debilitado.

“La historia nos dice que esto es el principio del fin”, afirmó el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, a la radio LBC. “Si se observan los ejemplos anteriores de votos de confianza, incluso cuando los primeros ministros conservadores sobrevivieron (…) el daño ya está hecho y normalmente caen razonablemente rápido”, subrayó recordando los casos de Margaret Thatcher y Theresa May.

Próximamente, una comisión parlamentaria debe investigar si Johnson mintió a sabiendas a la Cámara de los Comunes cuando en diciembre aseguró que no hubo fiestas en sus oficinas y que no se infringieron las normas contra el Covid-19.

Es que, según el código de conducta oficial, engañar al parlamento es motivo de dimisión y si se demuestra que lo hizo le costaría resistir a la presión de la oposición y de sus propias filas.

El Partido Conservador se ha mostrado históricamente implacable con sus líderes que dejaron de tener atractivo electoral –incluida Thatcher– y Johnson, que llegó al poder en 2019 cuando la muy debilitada Theresa May se vio empujada a dimitir pese a haber ganado un voto de confianza, lo sabe.



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