La Semana del Bonarda se celebrará por primera vez del 2 al 8 de agosto, con actividades presenciales y virtuales en Mendoza, San Juan, Salta y Ciudad de Buenos Aires.
El evento es organizado por el Fondo Vitivinícola para promocionar a la variedad la tinta más cultivada en la Argentina después del Malbec.
“Es la oportunidad para conocer el origen, las características y las singularidades de un cepaje que suma diversidad a la oferta varietal argentina”, explicaron los organizadores.
La variedad Bonarda argentina muestra su potencial con vinos que brillan en diferentes estilos y una estrategia propia -el Plan Bonarda- que desde hace varios años integra a bodega e instituciones con el objetivo de promocionar el cepaje e instalarlo entre las preferencias del mercado.
Los inmigrantes italianos que llegaron a la Argentina a fines del siglo XIX y se dedicaban a la vitivinicultura, viajaron con esquejes de vid provenientes de distintas regiones vitivinícolas, como la Saboya francesa, que limita con el Piamonte italiano.
En el este mendocino, por sus cualidades climatológicas y de suelo, los viñedos plantados con vides de la Saboya lograron mayor extensión y desarrollaron un rendimiento cada vez mayor.
Esta cualidad hizo que los viñedos, conocidos hasta ese momento como Barbera, Barbera Bonarda o simplemente Bonarda, se extendieran a otras regiones de Mendoza y también a San Juan.
Hacia fines de 1980, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se propuso identificar y registrar todas las variedades cultivadas en el país y principalmente dilucidar varios casos de confusión en la denominación u origen genético de determinados cepajes.
Así, se determinó que la variedad Bonarda no tenía nada que ver con la variedad Barbera, también cultivada en Argentina; y tampoco con la variedad Bonarda mencionada en los libros italianos.
En 2000, la cátedra de Viticultura de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo determinó que en Argentina la variedad Bonarda corresponde al cepaje francés Corbeau.
La denominación definitiva llegó el 15 de abril de 2008 cuando el Instituto Nacional de Vitivinicultura reconoció al varietal Bonarda Argentina como sinónimo de Corbeau-Douce Noire.
La Cámara Argentina de Vinotecas y Afines se suma a la celebración con descuentos en todo el país y beneficios para los consumidores.