Un informe elaborado por la UCA y Cáritas resaltó la implementación de herramientas de contención para sectores vulnerables.
Un informe presentado en forma conjunta por el Observatorio de la Deuda Social (OSDA) de la UCA y Cáritas advirtió sobre el aumento de la pobreza multidimensional durante el año pasado, en plena pandemia de coronavirus, y su particular impacto en la infancia, y destacó que sin la implementación de medidas sociales como la Tarjeta Alimentar y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) se “hubiera duplicado o triplicado” la cifra de 44, 2 por ciento.
El informe, titulado “Un rostro detrás de cada número, radiografía de la pobreza en Argentina“, fue difundido esta mañana en forma virtual por las dos organizaciones, y sirvió también para presentar la tradicional colecta anual de Cáritas que se realizará este fin de semana en el marco de una “situación social dramática“, según advirtieron.
Las cifras del nuevo informe de la OSDA -que abarcan el período comprendido entre el 2010 y el 2020– muestran un “claro aumento, no sólo en los niveles de pobreza, sino también en los de indigencia“ y se indica que “caen en la pobreza familias que siempre tuvieron trabajo, pero que hoy no les alcanzan sus ingresos“.
El estudio fue presentado por videoconferencia con exposiciones del presidente de Cáritas, monseñor Carlos Tissera; Agustín Salvia, director del ODSA; Ianina Tuñón, coordinadora del Programa Infancia OSDA/UCA; Nicolás Meyer, director de Cáritas Argentina; Macarena Sarmiento Peretti, miembro del equipo central de Cáritas Buenos Aires y Solange Rodríguez Espínola, coordinadora del programa Desarrollo Humano ODsA-UCA.
En la presentación, Salvia remarcó que el 41,9% de la población urbana es “pobre multidimensional, es decir que son pobres por ingresos y por carencias” y agregó que “el 25 % está en una pobreza multidimensional estructural”.
Según los gráficos del informe, la tasa de indigencia se sitúa en un 10,1% en 2020, pero destaca que hubiese sido del 11,6 % sin el programa Alimentar, del 18,3 % sin el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) implementado en el marco de la pandemia, del 20,2% sin la tarjeta ni IFE; del 24,9% sin esas dos herramientas más la Asignación Universal por Hijo (AUH) y otros programas, y del 27,9% sin los ítems anteriores y las pensiones no contributivas.
En cuanto a la tasa de pobreza, la ubica en el 44,2% durante el año 2020, y aclara que hubiese llegado al 53,1% de las personas sino se hubiera implementado la tarjeta Alimentar, el IFE, la AUH y las pensiones no contributivas.
Télam