Greenpeace explicó los motivos por los que este cetáceo es crucial para el mar nacional.
La organización ambientalista Greenpeace destacó el rol que este cetáceo cumple en el equilibrio ecosistémico del mar Argentino, en el marco del día de la Ballena Franca Austral que se celebra el 25 de septiembre.
Luisina Vueso, coordinadora de la Campaña de Océanos de Geenpeace señaló que “la ballena Franca Austral es una de las especies icónicas del mar Argentino y que desde hace más de tres décadas fue declarada Monumento Natural Nacional, lo que implica que su estado de protección debe ser absoluto, y debe alcanzar a las zonas de alimentación, de cría y de tránsito“.
Por su parte, César Gribaudo del Museo Educativo Patagónico, sostiene que la ballena Franca Austral es como un “parque nacional ambulante“.
La Ballena Franca es el mamífero de mayor tamaño que habita el mar Argentina. Es un cetáceo de la familia Balaenidae propia del hemisferio sur y vive entre 50 y 100 años.
Cada individuo es único, especial e irrepetible. Son identificados por las callosidades (piel engrosada) que cubren su cabeza y funcionan como huellas dactilares que identifican a cada animal durante toda la vida.
Se considera que los saltos y golpes en el agua que suelen dar con sus aletas y cola tendrían una función de comunicación o de juego.
Greenpeace recordó que las ballenas y otros grandes cetáceos “cumplen un rol fundamental para los océanos, ya que capturan el CO2 de la superficie y lo almacenan en las profundidades. Cada ballena secuestra aproximadamente 33 toneladas de carbono para almacenarlas luego en el lecho marino“.
Son verdaderas “ingenieras de ecosistemas“, ya que redistribuyen nutrientes a través del océano. Por medio de sus heces fertilizan el océano. Esto tiene un efecto multiplicador en el fitoplancton, lo que impacta en un aumento de la productividad de las aguas, la fotosíntesis, y en definitiva, la generación de oxígeno, explican desde Greenpeace.
Télam