La virtualidad transformó la forma de interacción entre docentes y estudiantes. Y si bien el retorno a la presencialidad educativa ya es un hecho, muchos alumnos internalizaron para siempre la educación online.
Más allá de todas las ventajas obvias del aprendizaje online como la comodidad y la optimización del tiempo, si eres docente puede que todavía no le hayas sacado el máximo provecho a las clases online. A continuación, te damos algunas claves fundamentales para que dar clases online no sea una pesadilla y disfrutes de enseñar a través de una pantalla.
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Usá contenido interactivo
No existe nada peor para un estudiante que ingresar a una clase – sin importar el área o la temática – que un profesor online que se limita a leer un Power Point. Este suele ser un error grave de muchos docentes que todavía no se adaptan a las clases online.
Repetir textualmente cada palabra que figura en una diapositiva es un somnífero y más temprano que tarde los estudiantes optarán por no sumarse a las clases online para leer directamente el material complementario.
Para evitar estos inconvenientes y poca adherencia a las clases online, es vital contar con material de apoyo e interactivo como videos que pueden transformar a una clase mediocre en una destacada. Dedicá un tiempo para elegir aquellos videos que cumplen con la planificación de contenidos y que aportan un mensaje valioso o inviten a la reflexión.
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Encontrá un referente de grupo
Es importante que afines el ojo y detectes desde el primer momento a un referente de grupo. Se trata de aquellos estudiantes extrovertidos y cómodos con la participación en clase. Este tipo de alumnos son una especie de aliados que te permitirán guiar al grupo a través de la colaboración.
Sin transformarse en ayudantes de cátedra, un alumno con responsabilidad puede llegar a suplir algunos baches dentro de las clases online como cuando la profesora online se toma unos minutos para proyectar nuevo material o buscar nuevos recursos. Lo ideal es encontrar un estudiante “ayudante” por cada clase para que exista una dinámica diferente jornada tras jornada.
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Prestá atención al chat
La mayoría de las plataformas de educación online ofrecen la opción de chat en línea. Es una herramienta muy funcional y muchas veces subestimada para la aclaración de dudas. Gracias al chat, aquellos estudiantes más tímidos aprovechan para sacarse dudas sobre los contenidos explicados en clase, aunque el chat también tiene otras funcionalidades a explotar.
Por ejemplo, puede configurarse para generar encuestas de satisfacción sobre las clases y los contenidos brindados para conocer la opinión de los alumnos de primera mano. También puede calificarse al docente de 1 a 10 a través del chat para analizar los puntos a mejorar.
Una forma sencilla de estimular la participación activa en el chat es a través de los juegos. Esta “gamificación” estimula la sana competencia a través de una pregunta: aquel estudiante que responde primero y de manera correcta, recibe un punto. Al final de la cursada puede haber premios o beneficios para generar interés en la participación con el profesor dando clases.
Por otra parte, el chat es la vía perfecta para evacuar dudas puntuales y rápidas sobre un contenido que quizás fue explicado de manera superficial. En algunas plataformas pueden configurarse respuestas rápidas que garantizan la fluidez de las clases y hasta se pueden adjuntar imágenes y archivos comprimidos que los alumnos pueden descargar directamente a su computadora para seguir la clase de cerca.
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Apóyate con aplicaciones colaborativas
Existen temáticas complejas de entender solamente con la teoría. Por esa razón, las plataformas educativas online ofrecen herramientas colaborativas como las pizarras. Estas permiten realizar dibujos, gráficos o cualquier elemento que sirva como medio de apoyo en la explicación de un tema que puede resultar complejo. Incluso los estudiantes pueden colaborar en tiempo real realizando aportes a los gráficos o tomando apuntes.
La lluvia de ideas también es muy útil para generar un feedback efectivo entre docentes y estudiantes, ya que a medida que los alumnos aportan ideas frescas, el tutor puede plasmarlas directamente sobre la pizarra.
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Fomenta el trabajo grupal
“Dos cabezas piensan mejor que una” y efectivamente, separar una clase grande en varios grupos con poca cantidad de integrantes es una excelente manera de estimular el aprendizaje colaborativo. Suele ser una experiencia muy enriquecedora, especialmente cuando accedes a cada grupo para escuchar el debate y el intercambio de ideas sobre la temática.
Es importante que dediques un tiempo al final de cada clase para estimular la formación de grupos y la exposición de un tema o punto de vista. Todos los aportes son válidos y pueden surgir nuevas dudas o aclarar aspectos que no quedaron del todo aprendidos.
Recordá que es más fructífero el enfoque constructivista del conocimiento en el cual los estudiantes son sujetos activos y encargados de generar su propio aprendizaje con la guía de los profesores y tutores.